Adriana Ugarte es una de las intérpretes de su generación más presentes en el cine y la televisión. A punto de cumplir 29 años, construye su carrera de éxito en éxito, pero sin prisa. Culta, curiosa y creíble, muestra un maquillaje natural y otros de alfombra roja con los consejos de l´Oréal Paris.

Vive inmersa en la vorágine de la espectacular acogida de la serie ´El tiempo entre costuras´, basada en la novela de María Dueñas, y con la cabeza ya en otros proyectos que pueden ser el punto de partida para internacionalizar su carrera. Adriana Ugarte sabe que es una privilegiada porque, para ella, trabajar fuera, más que una necesidad, "es una opción y un placer. Creo que, para una actriz, rodar en varios idiomas es todo un reto, porque se enfrenta a más inseguridades, pero a mí me gustaría hacerlo en inglés y francés".

Habla bajito, con una cadencia melodiosa y un discurso reflexivo. Es natural y cercana. Sin artificios. En este año ha participado también en ´Gentes en sitios´, de Juan Cavestany; ´Combustión´, de Daniel Calparsoro (donde conoció a su pareja, el actor Álex González), y la miniserie ´Niños robados´. Todas con temas muy actuales, aunque siempre haya quien la recuerde por sus personajes de época en la serie ´La señora´ (2008-2010) o la Sira Quiroga de ´El tiempo entre costuras´.

En pantalla aparece repeinada y muy maquillada, pero en la vida real "soy de ir con la cara limpia, bien cuidada e hidratada y con un poco de máscara de pestañas. Me gusta llevar el rostro fresquito y muy natural". Los hombres tampoco le hacen sufrir tanto como a sus personajes, y se declara "muy feliz". "El amor es el punto central de todas las historias, lo que mueve el mundo. Por mucho que a veces el sistema económico parezca muy importante, las decisiones clave son las que tienen que ver con el corazón", comenta la actriz. Sí, es una romántica y, quizás por eso, escoge una canción de Antonio Machín, ´Toda una vida´, como banda sonora vital.

Su libro de cabecera es ´Cartas a un joven poeta´, de Rainer Maria Rilke. "Me lo recomendó mi madre. Me regaló el suyo, que era una edición antigua, preciosa. Era su talismán y me lo pasó. Si tengo una hija, se lo pasaré a ella, junto a ´Las nueve revelaciones´, de James Redfield, y ´Las siete leyes espirituales del éxito´, de Deepak Chopra. También le daría un consejo: que se escuche y que haga caso de la intuición", explica. Ella dice ser "una mujer mental que cada vez va siendo menos mental y más epidérmica. Soy más intuitiva con las cosas de los demás que con las mías. Una ve los asuntos propios con más temores, y el miedo ciega". ¿Su miedo más íntimo? "La soledad no deseada".

Subida al tobogán del éxito, no se ha vuelto desconfiada con gente que se puede acercar a ella movida por el interés. "Mantengo las amistades de siempre, veo venir a los amigos nuevos y estoy abierta a todo el que se acerca con buena intención. No me he vuelto más distante porque me conozcan por la calle", explica.

Leyó por primera vez la novela de María Dueñas durante el rodaje, "a modo de diario personal, como si fueran mis pensamientos escritos". Destaca el papel del equipo de vestuario: "Además de vestir a los actores, nos enseñaban la postura correcta para coser, cómo coger bien la aguja, a pisar el pedal de la máquina€ Ellos han construido una parte muy importante de Sira y han hecho más creíble al personaje". Tanto, que ahora Adriana Ugarte trabaja en su propia línea de lencería: "Me había hecho camisetas y un abriguito con un edredón, pero me decidí por la lencería porque creo que la mujer, para estar sexy, ha de estar cómoda y mostrarse tal como es. Sentirse sexy no es algo vinculado sólo al hombre. La abundancia y la exuberancia como única opción resultan algo prehistórico a estas alturas. Una mujer no ha de transformarse en algo que no es para gustar a los demás", reflexiona. La suya será una ropa interior "con materiales muy buenos, algodones muy agradables, encajes antiguos y diseños que jueguen a nuestro favor".

Cuando imagina su futuro, la actriz que le viene a la cabeza es la francesa Juliette Binoche: "Siempre me deja con la boca abierta. ¡Cómo se puede ser tan especial! Es inquietante, sexual, inteligente€ La admiro mucho", exclama. Opina de su generación: "Nos estamos volviendo un poco individualistas. Creo que es importante hacer un uso muy consciente de las redes sociales porque tienen la capacidad de conectarte con mucha gente, pero también de aislarte".

Piel impecable

En torno a los 30 años, la piel comienza a debilitarse y a perder calidad. En esa etapa hay que optar por cuidados preventivos antiedad, formulados a medida de las propias necesidades, antes de que las imperfecciones y las primeras arrugas se hagan visibles. El primer paso - obligatorio - es la limpieza. Mañana y noche y todos los días, aunque se haya salido de casa con la cara lavada. Antes de empezar un maquillaje natural y ligero, indicado para celebraciones diurnas con amigos o familiares, el profesional Goyo Acevedo recomienda "usar un tónico para ayudar a refrescar la piel y cerrar los poros".

Después, aplica el sérum y, una vez se ha absorbido, una hidratante correctora que disimule rojeces y minimice los poros dilatados. Su truco para ganar naturalidad es empezar el maquillaje con una capa ligera de máscara de pestañas. También aplica un bálsamo de labios para prepararlos antes de añadir el color. A continuación, aplica las sombras de ojos, lo hace en primer lugar, porque "a veces el polvo ensucia la ojera y así se puede limpiar con una toallita húmeda", apunta. Un poco de sombra marrón sólo en el párpado móvil, un punto de luz con una sombra clara en el lagrimal para alegrar la mirada, polvos compactos para matizar los brillos típicos de la zona T del rostro (frente, nariz y barbilla) y un toque de colorete en los pómulos, difuminado hacia las sienes, van esculpiendo el rostro.

Para finalizar, se pintan los labios en rosa palo y se aplica una nueva pasada de máscara de pestañas. Consejos para disimular las ojeras: no abusar de la sal en la cena, dormir con una almohada que no sea demasiado baja y guardar el tónico y el contorno de ojos en la nevera. "El corrector, mejor aplicarlo en dos tonos y tecleando con los dedos. El más oscuro cubre la ojera morada y el más claro se aplica en la parte externa del ojo, arriba y abajo", apunta el maquillador.

Noche de gala

Con la piel ya limpia e hidratada, se aplica con pincel o con los dedos una base de maquillaje que unifique el tono, ofrezca una buena cobertura y mantenga la naturalidad y la transparencia de la piel. Cuando el rostro presenta alguna imperfección o marca, como un granito o una cicatriz, se puede utilizar antes una prebase, o rellenarla añadiendo algo más de producto en la zona y extendiéndolo bien hasta que se disimule al máximo.

Los ojos se acentúan con un efecto ahumado muy suave, máscara en las pestañas superiores e inferiores y un eyeliner bien trazado. "Lo más fácil es mirar al espejo de frente y en línea recta y marcar un punto donde vaya a acabar el trazo, alineado con la pupila. La línea se dibuja desde el punto hasta la parte interna del ojo y se difumina un poco con un bastoncillo", explica Goyo Acevedo. Un poco de colorete y barra de labios de color intenso, que siempre hay que llevar en el bolso para retocarlos, dan el acabado final al maquillaje. Para refrescarlo, si la noche se alarga, basta con un toque de iluminador en la frente, los surcos nasolabiales y la barbilla.