La actriz gallega María Castro forma parte del elenco de ´Códice´, un thriller policíaco de proporciones históricas, inspirado en el robo ocurrido recientemente en la catedral de Santiago. Esta ficción cuenta con muchas otras caras conocidas, como Antonio Durán Morris, Francis Lorenzo, Miguel de Lira o Sabela Arán.

Interpreta en ´Códice´ a Natalia, una periodista que junto, a Lázaro (Luis Zahera), trabaja en un diario local en crisis y ve en la investigación del robo la oportunidad de dar un espaldarazo a su carrera. Es muy distinto a otros papeles que ha interpretado.

Siempre me han tocado personajes más extremos, más estereotipados: la loca del barrio, la introvertida de la clase, la choni... Justamente Natalia se acerca más a mí: es una persona normal con ambición por destacar en su carrera y hacer bien su trabajo. Trata de sacarlo adelante con su compañero, Lázaro, y son como la cara y cruz. Él ha dejado ya de soñar, ha sufrido más desengaños y ella aún tiene ganas de pelear. El personaje es más fiel a mis principios.

Y también es un poco autobiográfico, ya que comenzó a estudiar usted Periodismo.

La carrera se ha quedado a medias, colgada por razones de trabajo. Aunque estudié Magisterio, quería aprender qué se siente al estar del otro lado. Además de que aporta mucha cultura general.

Este papel la despoja del glamour de las galas y del maquillaje.

Sí. Es un personaje sin máscara; está más apoyado en mis gestos, en mi forma de ser.

¿Qué tal con el joven director Jorge Casinello?

Para mí ha sido un placer trabajar con él, porque es una persona que ama su trabajo y saca el máximo jugo a cualquier frase. He tenido la impresión de que nos miraba con lupa y a los actores, inseguros por naturaleza, que nos estén corrigiendo nos da tranquilidad.

Esta tv movie llega solo un año después del robo del Códice. ¿Anda espabilado el cine en Galicia?

Siempre que pasa algo trascendental, una noticia que suena fuerte e irrumpe en los periódicos, las mentes creativas están pendientes para crear una historia. Un año después estábamos rodándola.

El argumento era una fantasía de guion, en sí mismo.

Fue una historia estrambótica. Pero la película mezcla ficción y realidad, aunque muchos personajes son reales.

¿Qué puertas le ha abierto darse a conocer en España con su papel de Jessica en ´Sin tetas no hay paraíso´, que se convirtió en una revelación televisiva?

La Jessi fue el equivalente en España a todo el reconocimiento que tenía aquí siendo Pauliña Barreiro (Pratos Combinados). Ese fenómeno caló hondo en la mentalidad de la gente porque la Jessi era la mala que se dejaba querer y a la que se le perdonaba todo porque lo hacía por amor. Se me abrieron puertas en el teatro, porque de repente hay alguien que te quiere en su cartel. Luego tienes que demostrarlo y mantenerte. Pero pude acceder a otros campos y estar en la mente de productores.

Aquí sigue siendo Pauliña pero de puertas afuera, la Jessi.

Mucha gente ya me conoce como María Castro y me llama por mi nombre. La Trini y Elena, de ´Tierra de Lobos´, también tuvieron muchos fans. Así que ya pasas la barrera de ser solo un personaje y logras ser la persona que los encarna.

¿Qué nuevos proyectos se avecinan?

Estamos con la emisión en cine de una producción hispano-cubana, Meñique, en la que doblo con María Pujalte. Y el 15 de enero se estrena en el teatro Santa Isabel en Madrid La novia de papá, una comedia muy divertida.

Este ha sido un año fantástico para el deporte femenino, con Mireia Belmonte y el balonmano. Usted practicó gimnasia rítmica desde los 6 hasta los 17 años, y logró ser subcampeona de España en la modalidad de pelota en 1996. ¿Echa de menos el podio del deporte?

Cuando eres deportista de competición esa espinita no se arranca en la vida. Yo he tardado muchos años en poder entrar a un pabellón a ver una exhibición de gimnasia rítmica: escuchaba la música y se me ponían los pelos de punta. Es una etapa que tiene que cerrarse, pero que no logro apagar del todo. Siempre digo que lo que soy lo soy gracias al deporte; gracias o a pesar de la gimnasia rítmica. Los valores que tengo y la forma de afrontar los problemas los he mamado en un pabellón. Y a pesar de la dureza y de las horas invertidas, volvería a repetirlo. Ahora sigo en contacto con las competiciones a través de mi hermana, que es entrenadora.

Ha ganado un premio Ondas, ¿qué supone en su carrera?

Fue algo que no hubiese soñado, porque te lo dan los de tu profesión. Te llena de orgullo. El premio está en Vigo y estaba valorando ahora si llevármelo a Madrid para mirarlo cuando esté insegura...

Hace tres meses fue pillada en top less en sus vacaciones. No es la primera vez que la sorprenden los paparazzi. ¿Cómo lleva esa parte de la fama?

No queda otra que asumirla, pero el disgusto me lo llevo. Es algo que yo no he elegido. No he vendido nunca nada y, en el momento en que no quiero, me parece un robo que lo hagan. Debería haber un acuerdo por ambas partes. Los famosos somos humanos, tenemos nuestros complejos e intimidad...

¿Ha demandado?

No lo he hecho, pero solo porque sé que es legal en un lugar público y perdería.

¿No habrá sido pactado?

Para nada. Habrá quien lo dude pero, quien me conozca sabrá que yo no vendería nada relacionado con mi cuerpo.