Pasó de 'Sin tetas no hay paraíso' a ser Anna en 'l'Alqueria Blanca'. Ahora vive la cara B de la profesión. Ha emigrado, como otros jóvenes, y desde hace año y medio busca un hueco en los teatros de Londres.

¿Cómo es su vida en Londres?

Intensa y ajetreada. Sigo perfeccionando el idioma, formándome, hago cástings y canto en un grupo de rock. Londres es una ciudad en constante movimiento, que te inspira y te mantiene activo.

Creo que incluso ha trabajado de camarera. ¿Es así?

Sí. Aquí la mayoría de actores y bailarines lo hacen, porque es un trabajo con mucha flexibilidad de horarios.

¿No se le caen los anillos por ello?

¡Para nada!

¿Tan mal está la profesión en Valencia y en España?

En Valencia, con el cierre de la tele se limitan mucho las posibilidades. Y hacer teatro no sale rentable en la mayoría de casos. Aunque están surgiendo alternativas interesantes. Tengo muchos amigos que están haciendo microteatro y es una gran iniciativa en un momento en el que se debe innovar y atraer al público.

¿Hubiera emigrado de continuar viva 'l'Alqueria Blanca'?

No. Estaba encantada de poder trabajar en l'Alqueria y, por supuesto, me hubiera quedado si siguiéramos rodando.

Ha preferido apostar por continuar formándose a buscarse la vida en Madrid, como otros intérpretes. ¿Por qué?

Viajar y hablar otros idiomas siempre me ha seducido, así que mi opción fue venir aquí una temporada y hacer algunos cursos de interpretación. Luego, en poco tiempo conseguí varios trabajos como actriz y eso me animó a quedarme un poco más. ¡Y estoy a sólo dos horas de vuelo!

¿Como se ve la realidad valenciana desde fuera?

Con nostalgia, y con la esperanza de que algo cambie.

Si el 80 % de actores valencianos está en paro, algo falla, ¿no? ¿Sobran intérpretes o es que la cultura interesa poco?

Creo que la cultura interesa mucho. El problema es que cada vez nos ponen más trabas para acceder a ella. Como valenciana, es muy dramática la idea de una ciudad en la que cierran teatros, se recorta en subvenciones y cada vez hay menos oferta cultural.

Vaya, ¿no estará politizada, como se suele acusar a los actores españoles?

Estoy muy decepcionada con la clase política, harta de oír constantemente casos de corrupción en todo el país, en todas las comunidades. Los grandes partidos se han convertido en maquinarias que solo buscan su propia supervivencia.

¿Cómo y dónde se ve en diez años?

No sé ni dónde estaré en unos meses.

¿Ser actriz está resultando más difícil de lo que pensaba?

Siempre supe que no sería una carrera fácil ni estable, pero sigue compénsandome porque disfruto del proceso.