Mientras cruza el Obradoiro, varios espontáneos insisten en estrecharle la mano y pedirle que siga "dando leña". Miguel Ángel Revilla cumplió esta semana 71 años en la capital gallega, donde presentó su libro "La jungla de los listos", en el que describe los abusos de los privilegiados en un lenguaje que hace que incluso personas mayores de 80 se animen a leer un libro por primera vez en su vida, lo que, afirma, le "enternece".

-Es un libro denuncia...

-La gente me dice que gracias a mis libros entiende lo que está pasando, que la crisis la han montado unos señores para hacerse más ricos. Con 71 años yo ya estoy nada más que para contar lo que veo que está pasando y no tengo nada que me impida decir lo que pienso de Rajoy, del Papa, del Rey o de Rubalcaba.

-Le dedica la obra a la gente.

-Aprendes muchísimo de la gente, más que en la universidad. El gran problema del Rey, de Zapatero, de esta gente, es que al llegar a sus cargos se rodean de asesores que suelen ser pelotas profesionales, pero los políticos deberían tener gente que les cuente la verdad. ¿Se darán cuenta de que la calle es un polvorín?

-¿Se refiere a estallidos sociales como el de Burgos?

-Sí, y a partir de ahí saldrán muchos casos más. No se dan cuenta del drama que hay. Esto va tirando porque hay una solidaridad familiar como en ningún otro lugar.

-En la portada del libro sale tirándole de las orejas a Merkel... ¿Debería imitarle Rajoy?

-La señora Merkel tiene la llave de todo. Si quisiera, mañana nos saca de la crisis. Merkel no es la jungla de los listos, sino un alto empleado, la jefa del funcionariado que aplique normas que interesen a esa jungla. Mariano es un subalterno que está a las órdenes de lo que ella diga. Presume de que terminó la recesión, pero de ahí a que se genere empleo neto...

-Apuesta que si a fin de año hay más gente trabajando que ahora, 16,5 millones, irá desde Cantabria a Santiago a postrarse ante el "Apóstol San Mariano"...

-Sí, ya me estoy aprendiendo el camino, me gustaría hacerlo porque eso significaría que me equivoqué, pero, por desgracia, no va a caer esa breva, porque una cosa es que se reduzca el paro, porque la gente emigre, y otra, los ocupados, que deben volver a los 19 millones largos. Mientras tanto esto no despega.

-¿Quiénes son miembros de la jungla de los listos?

-Las grandes fortunas con dinero en paraísos fiscales, gente que está, como los buitres, esperando comprar barato y vender caro. Esto es una crisis financiera, no real, un artificio para que ellos ahora puedan tener una masa de gente trabajando por la mitad de lo que cobraba antes, comprar empresas a mitad de precio y hacerse infinitamente más ricos.

-¿La imputación de la Infanta puede afectar a la Casa Real?

-Creo que es un error de ellos que nos quede la percepción de que no son iguales.

-Bastantes personas le animan a que se presente usted a presidente del país. ¿Lo hará?

-No me dejan, porque no me pueden votar gallegos, catalanes, vascos, andaluces...Solo en Cantabria, donde sí lo intentaré porque es mi obligación.

-Habla de la corrupción, pero habrá políticos honrados...

-Conozco a mucha gente que no ha robado nada, aunque no suelen estar en puestos muy importantes para decidir leyes que pudieran poner freno a esto. Pero hay un problema muchísimo más grave.

-¿Se refiere a Cataluña?

-A perro flaco todo son pulgas y es lo que faltaba para rematar la jugada. Veo un gobierno pasota, impasible, pero si el toro está en la plaza, hay que salir. Es muy importante. Hablamos de la unidad de España. Hay un riesgo real de fragmentación que no se arregla no poniéndose al teléfono.

-¿Cuál sería la receta para salir del proceso de declive en el que ve inmerso al país?

-Regeneración moral que no es de izquierda ni de derechas, sino de sentido común, y que gente que no esté comprada, que no esté implicada en el tinglado, levante la voz, que los hay, y yo modestamente hago lo que puedo, pero yo soy una gota de agua. Entre otras cosas, es necesario cambiar la ley electoral para establecer listas abiertas, proporcionalidad entre votos y los que salgan elegidos... Tendrán que hacerlo. A lo mejor tardan cinco o seis años, pero, si no, se cargan el sistema. La gente no cree en esta democracia.

-Echa de menos estadistas de talla moral. ¿No hay nadie?

-Al que veo ahora, porque tiene autoridad moral, si le dejaran, es el Papa, que tiene un papel importante en una revolución ética y en una denuncia contundente de la corrupción. Que llamara al orden a los gobernantes y les dijera que no pueden hacer una sociedad tan inhumana.