"Los conozco desde hace 30 años". No habla un viejo roquero, tampoco un fotógrafo mítico o un productor musical de renombre. Lo dice un magnate de la moda cuya estética se sitúa, a priori, en las antípodas de la transgresión que cubre al mito de los Rolling. Pero las apariencias engañan. Bajo la imagen sobria, impoluta y profundamente estadounidense de Tommy Hilfiger y sus diseños, se esconde una vocación rebelde que, bien gestionada, da forma a una de las marcas norteamericanas más consumidas del mundo...