La madera, cuanto más natural, mejor. He aquí una de las consignas de la feria del mueble de Milán del 2016. La influencia nórdica se deja ver en piezas de líneas sencillas de madera poco tratada (o que al menos no lo parece). Mejor los aceites que los barnices y los colores claros que los oscuros. A no ser que seas Karim Rashid y te dejen quemar una magnífica pieza de cedro macizo para dar forma a un diván tan sinuoso como contundente para la firma Riva 1920, que hace de la madera una de sus señas de identidad.

El más clásico de los materiales aún puede dar muchas sorpresas, como el asiento de BD Barcelona con un respaldo de madera curvada y cosida como si fuera tela. La versión en negro merecería presidir el consejo de los klingon de Star Trek.