Los pasillos sirven para distribuir la vivienda y ayudan a distanciar los dormitorios de las zonas más transitadas de la casa. Son estancias poco agradecidas, pero eso no significa que no podamos decorarlas y darles nuestro toque personal.

Decopraktik te da prácticos consejos para sacar el máximo partido a estos espacios de paso y convertirlos en caminos estéticos y funcionales que enriquezcan nuestro hogar.

Para decorar un pasillo y hacerlo acogedor debemos seguir dos reglas básicas: una buena iluminación y evitar las estrecheces.

Pintura: A la hora de elegir la pintura para paredes debemos evitar las tonalidades oscuras. También podemos combinar un tono claro con otro brillante y vibrante, para dar más sensación de amplitud.

Revestimientos: Otro recurso decorativo es colocar revestimiento de paredes de pvc en la parte inferior del pasillo. Podemos separar ambas zonas con un listón de madera de otro color, lo que dará al pasillo un toque alegre y rompedor.

Parquet: Otra opción es pintar las paredes del pasillo de tonos claros e instalar en el suelo cualquier tipo de parquet. Si el techo y las paredes son de colores claros, aunque el suelo sea oscuro dará la sensación de que el pasillo es más ancho.

Papel pintado: También podemos decorar nuestro pasillo con papel pintado. Los papeles pintados a rayas verticales son ideales para agrandar visualmente cualquier estancia. Debemos evitar los diseños en papel enrevesados y tirando a oscuros ya que empequeñecerán nuestro pasillo.

Puertas: El último elemento a tener en cuenta en la decoración de nuestros pasillos es la correcta elección de las puertas de interior. Bien sean de madera o lacadas, su color también será determinante para que la decoración sea un éxito. Las puertas son imprescindibles para dar intimidad a baños y dormitorios, pero podemos suprimirlas en salones, despachos e incluso cocinas.

Dado que el pasillo es un espacio de paso y que lo que buscamos es la amplitud, lo ideal es colocar pocos objetos, pero para acabar de vestirlo podemos decorarlo con un espejo, una alfombra o algún mueble auxiliar decorativo. Es importante no recargar demasiado las paredes y aportar ápices de color con nuestras piezas de arte preferidas o, simplemente, con algunas fotografías familiares.