El cambio de macetas da a las plantas la posibilidad de seguir creciendo correctamente con más espacio para su desarrollo.

La nueva maceta debe ser en general dos o tres centímetros más grande que la anterior, pero no más, pues podría quedar desproporcionada con el volumen de la planta y una maceta mayor no es sinónimo de un mejor crecimiento.

La mejor época para realizar los cambios de maceta es a finales de invierno y durante la primavera debido a que la mayoría de la plantas empiezan su crecimiento estacional en esta época. Esto no quiere decir que no se puedan cambiar durante el resto del año. De hecho, es válido hacerlo en verano para intervenciones muy concretas, y, por ejemplo, es la época ideal para los cactus y las plantas grasas.

Para sacar el cepellón entero del recipiente antiguo, se apoya la mano sobre la maceta sujetando el tallo entre los dedos índice y corazón, se vuelca y se golpea el borde de la maceta suavemente sobre una superficie dura hasta que se desprenda el cepellón de las paredes.

Hay que tener la nueva maceta ya preparada con un drenaje de tierra volcánica o trocitos de macetas rotas sobre el agujero de desagüe y una capa fina de tierra encima. Entonces se pone la planta centrada en la maceta sujetándola con una mano mientras con la otra vamos rellenado los espacios útiles con la tierra adecuada a la planta que trasplantamos. Seguidamente, se aprieta la tierra nueva minuciosamente para evitar que queden espacios vacíos o bolsas de aire. No es conveniente llenar la maceta hasta el borde, pues hay que dejar espacio suficiente para el agua de riego.

En plantas con poco desarrollo, en lugar de cambiar el tamaño de la maceta es recomendable hacer sólo un cambio parcial de tierra, pues esta con el tiempo pierde nutrientes. Se saca la planta de su maceta y se reduce el volumen del cepellón unos dos o tres centímetros. Se vuelve a colocar en la maceta rellenando el espacio que ha quedado libre con tierra nueva y a continuación se le da un riego abundante.

Hoy en día, existe una gran diversidad de mezclas ya preparadas de tierras y substratos, por ello es aconsejable utilizar el más adecuado a cada especie, pues es la base para el buen desarrollo de las plantas en maceta.

Para sacar el cepellón, se sujeta el tallo entre los dedos, se vuelca la maceta y se golpea el borde suavemente.

En algunos tipos de plantas es adecuado reducir el volumen del cepellón.

En la nueva maceta es importante apretar la tierra alrededor de la planta para evitar que queden bolsas de aire.

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