Cada ciudad dispone de espacios o zonas que se concibieron ya desde sus inicios como lugares exclusivos, cerrados, seguros que sirven para aislarse de las incomodidades que el crecimiento a veces desorganizado de las grandes urbes generó de manera, incluso, sorpresiva. En un momento dado la modernidad pasó por abandonar los centros históricos y sus riquezas para desplazarse a zonas verdes, no lejos de la ciudad y bien comunicadas, con todos los servicios que la vida contemporánea brinda y que denominamos lujo. Una urbanización es cerrada (del inglés gated community) (recibiendo nombres similares como ciudadela cerrada o privada, barrio cerrado o privado, country, etc...) es una forma especial de barrio residencial, cuyo ordenamiento y vialidad es de orden privado, contando además con un perímetro definido por muros o rejas y con entradas controladas por un servicio de seguridad en ocasiones nada discreto que incluso, se encarga de comprobar la identidad de los visitantes y anunciarlos.

Esa sensación de aislamiento se considera todavía un plus. Lo es, sin duda. Una urbanización cerrada tiene o puede tener sus propias normas de tránsito, donde sólo es permitido circular a baja velocidad para evitar los típicos ruidos molestos de la ciudad. Además, de zonas donde socializar con familias de clase media-típica y clase media-alta, hasta las de clases altas. No se conciben urbanizaciones para clases de nivel inferior. En todo caso reciben otro nombre. Cada ciudad tiene su barrio bandera del lujo. Aislado o donde aislarse. En Madrid La Moraleja o Puerta de Hierro, en Barcelona Pedralbes y en Palma sin duda la que se lleva todos los honores es Son Vida, donde proliferan construcciones nacidas en los setenta y ochenta que están tomando nueva vida tras una revisión de sus valores, de nuevo admitidos, incluso entre los más sibaritas, gracias a una nueva concepción de sus necesidades y a una utilización sabia de las nuevas tecnologías.

Hoy les mostramos un ejemplo perfecto, incluso en su interiorismo de Batavia con estilismo de María Ulecia. Se trata de una reforma integral de una vivienda de 750m2 en una conocida urbanización. Se trataba de una construcción de 1984, con una distribución oscura y cerrada aunque muy bien construida, por lo que en el proyecto final, se eliminaron actuaciones que en un principio se creyeron necesarias. Fundamentalmente, se alteró la morfología de la construcción, las cubiertas, para incrementar el ahorro energético general y potenciar las vistas del impresionante jardín desde el interior; se redistribuyó completamente el espacio interior y como novedad, se mejoró la eficiencia térmica mediante un aislamiento exterior.

Además, se intervino en el nuevo diseño del jardín reorganizando las especies existentes y realizando nuevas plantaciones de acuerdo con los nuevos usos de la vivienda. La vivienda se divide en tres plantas. En el jardín se ha habilitado una zona al aire libre bajo cubierta, con acceso a la piscina. En el interior, se proyectó una sala de estar, gimnasio y dos dormitorios adicionales. Desde el jardín se accede a la planta primera por medio de dos escaleras: una que conduce a la cocina y la otra al salón. En la planta principal se ubican el despacho, salón, comedor, dormitorio y baño principal, baño de invitados y cocina. La planta superior está destinada a los hijos de los clientes que pidieron la reforma con cinco dormitorios en suite y una sala de estar que sirve de distribuidor.