Steve Areen ha sido toda la vida un aventurero. Durante 22 años se dedicó a visitar los lugares más remotos del Planeta en busca de nuevos conocimientos, amistades y emociones. Esto fue así hasta 2011. Ese año su recorrido vital le llevó a visitar Tailandia, donde esperaba pasar una temporada.

Sin embargo, su estancia en el país asiático se terminó alargando. Buena parte de culpa la tuvo su amigo Haijar Gibran, que en tierras tailandesas se dedicaba a construir casas cúpula. Fue allí donde Steve Areen descubrió estas magníficas viviendas, lo que le llevó a decidir echar raíces en el país asiático.

Para ello, tomó la decisión de construir la casa de sus sueños. Para muchas personas, pensar en una casa de ensueño probablemente sea sinónimo de una disponer de enorme mansión con todo tipo de lujos y los mejores materiales. Sin embargo, esta no es la idea que tenía Steve Areen en mente. En su caso, su planteamiento era mucho más modesto.

La casa de los sueños de este peculiar aventurero solo le llevó 6 semanas de trabajo y una inversión de unos 9.000 dólares (cerca de 6.500 euros), precio que incluye además de la casa el estanque que se encuentra en su parte posterior. Para su construcción, Steve Areen optó por utilizar bloques de cemento y ladrillos de arcilla.

En Tailandia, estos materiales tienen un coste mucho más reducido que el que podrían tener en otros países, circunstancia que explica que la estructura básica de la vivienda sólo le costara 4.000 euros.

La vivienda cuenta con un sistema de filtración para el agua del pozo y un calentador de agua para la ducha. En su interior, todos los elementos están construidos con materiales naturales. La casa se encuentra situada en un centro de retiro en el que existen muchas más viviendas cúpula, aunque ninguna tan bonita como la que ha conseguido que finalmente Steve Areen echara raíces.