Adiós a todo lo superfluo y decorativo. Bienvenido a la esencia de las formas, la rectitud de las líneas y los colores puros. El estudio israelí de arquitectos Pitsou Kedem firma esta espectacular casa unifamiliar con apariencia de caja fuerte, en Ramat Gan, al este de Tel Aviv.

Una vivienda que conecta con el entorno y que captura ese trozo de espacio libre atrapado en el tiempo, ajeno al exterior. Sin embargo, las aberturas son ese pomo al más allá, huecos pensados para dejar penetrar la luz natural en la casa y a la vez para que la iluminación artificial se filtre hacia fuera durante la noche, hacia los alrededores.

Esta hermosa construcción esconde en su concepción un fortín, algo infranqueable que guarda espacios con gran valor arquitectónico y decorativo.

El techo que lo cobija es pulido y minimalista muy acorde con las líneas sobrias de la vivienda. La fachada transmite un espectáculo sobrio y de fortaleza.

La magia de esta vivienda reside en la fusión de los diferentes materiales, el estilo monacal y la perfección en cada detalle. La vivienda se estructura en diversos niveles que aportan espacio y profundidad, dos conceptos que se intensifican debido a las formas geométricas de los objetos presentes en el hogar. Decoración minimalista, pero a la que no le falta de nada.

Cuando la luz del sol penetra en la casa las paredes simples parecen cobrar vida gracias al movimiento de la luz. Los diversos elementos de carpintería, la rectitud de las diferentes barandillas de las escaleras así como la de las estanterías suman estilo y sobriedad a esta vivienda de ensueño.