El pleno del Ayuntamiento de San Miguel ha aprobado una modificación del plan urbanístico SUS-A "Los invernaderos" para aumentar la densidad de viviendas, de las 1.589 actuales a 1.800, según informó ayer la Asociación de Vecinos de San Miguel Arcángel. Esta iniciativa aprobada con los votos del equipo de gobierno del PP aprovecha un resquicio legal de la Ley Urbanística Valenciana, acogiéndose a "la transitoria" 3ª de la LUV para "liberalizar" el número máximo de viviendas.

En esencia se suman a los 700.000 metros cuadrados iniciales, incluidos suelos computados al proyecto procedentes de la Cañada de La Escribana, el número máximo de metros edificables reduciendo espacios libres: Se elimina la obligación de destinar el 10% de la superficie del sector a viviendas unifamiliares, se aumenta la altura y fachada de los edificios, se libera el límite del número de casas por piso y por escalera y el número de casas en hileras de adosados. Según el colectivo vecinal "el afán por ganar metros edificables llega a tal extremo que se renuncia a dejar 2 m2 para tendedero-lavadero por parcela o comunitario a cambio de un ambiguo "proveer un espacio adecuadamente dimensionado"".

El SUS A, que se urbaniza a buen ritmo sobre lo que era una vaguada plantada de almendros, se aprobó definitivamente el 25 de noviembre de 2005 un mes antes de la aprobación de la Ley Urbanística Valenciana.

La Asociación de Vecinos denuncia que con estas modificaciones se "está configurando la formación de un gueto", "un auténtico suburbio urbano", que supondrá "la aglomeración de tanta gente extraña en bloques de edificios en tan exiguo espacio". Los únicos argumentos que se reflejan en el proyecto a favor del cambio "son mercantiles. Textualmente: satisfacer las demandas y necesidades de promoción".

No se menciona, alerta el colectivo, "la disminución de la calidad de vida de futuros residentes y del impacto que tendrá el nacimiento" de un nuevo San Miguel que "queda muy lejos el modelo de ciudad jardín" difundido.

Por otra parte, el colectivo vecinal explicó que la corriente de agua permanente de la rambla de este plan parcial "resurge a la superficie, de nuevo después de permanecer enterrada bajo toneladas de tierra, que han sepultado el cauce original". En la fotografía adjunta se puede "apreciar el tubo de desagüe instalado por la empresa" y aguas abajo "los seis ojos del puente" en la CV-95 que desde tiempo "inmemorial se instaló" con el mismo objetivo, para favorecer el desagüe de la cañada.

La Confederación Hidrográfica del Segura advirtió al Ayuntamiento del peligro de avenida de la Cañada de la Escribana y tras comprobar que la promotora ha asimilado miles de metros del suelo de la rambla a su plan, inició un proceso de deslinde para que se restituya el cauce a su estado original. A pesar de ese procedimiento, el polémico plan sigue adelante.