El trazado de la autovía CV-91 prevista por la Conselleria de Infraestructuras para unir Orihuela con Guardamar del Segura ha quedado condicionado a que el Ayuntamiento de Orihuela consiga negociar con el Ministerio de Fomento la integridad del soterramiento del AVE en el término municipal oriolano. Así lo transmitió el director general de Obras Públicas de la Comunidad Valenciana, Victoriano Sánchez, a los representantes de la plataforma Orihuela sin Murallas, en la que el propio Sánchez reconoció ahora, después de pasar un año de la presentación pública del proyecto, los «problemas» que el vial supondría por sus elevaciones de hasta diez metros al tener que superponerse a otras carreteras. La «nueva» opinión del Consell la dio a conocer el presidente de Orihuela sin Murallas, Quintín Gómez, quien el martes mantuvo junto a otros miembros de la Plataforma una reunión con los concejales de Urbanismo e Infraestructuras para tratar el soterramiento del AVE y la CV-91. Según Gómez, la Conselleria de Infraestructuras mantiene el proyecto de la CV-91 dispuesto a rediseñarlo siempre y cuando el Ayuntamiento consiga el soterramiento del AVE ya que se trata de proyectos que de la mano.

Por su parte, el edil de Urbanismo, Antonio Rodríguez Barberá, aseguró en su primera reunión con miembros de la plataforma Orihuela sin Murallas que la CV-91 no va a hacerse y tildó el proyecto de «barbaridad». Esta es la primera afirmación tajante que emite el Ayuntamiento de Orihuela en el seno de la polémica suscitada por la autovía Orihuela-Guardamar, contra la que se manifestaron más de 3.000 personas el pasado mes de marzo y a la que acudieron tanto el ex alcalde de Orihuela, José Manuel Medina, como la alcaldesa Mónica Lorente. Según el presidente de la Plataforma, «el concejal ha dicho que se va a volcar en conseguir el soterramiento íntegro y a poner sobre la mesa el dinero necesario para tal fin».