Dos de los cuatro agentes de la Policía Local de Pilar de la Horadada que participaron el pasado 13 de enero en la detención de un individuo, de nacionalidad argelina, que estaba causando altercados en una céntrica plaza del municipio han contraído la tuberculosis tras haber sido contagiados por el detenido, que opuso una fuerte resistencia a su arresto y llegó a agredir a uno de los policías causándole varios rasguños y les tosió en la cara. En esa misma actuación fue detenido otro varón, de nacionalidad marroquí, aunque éste no tenía la enfermedad. Los policías tuvieron conocimiento de que uno de los dos arrestados tenía tuberculosis a través del servicio informático de la Guardia Civil, que lo comunicó tras ser trasladados ambos al cuartel de la Benemérita en Torre de la Horadada después de que concluyeran los agentes locales las diligencias policiales, de donde se derivó al arrestado a los calabozos del cuartel de Torrevieja.

A pesar de que pocas horas después de los arrestos ya se sabía que uno de los detenidos tenía la enfermedad infectocontagiosa, al aparecer en los ficheros policiales una reseña de la Policía Nacional que advertía de que tenía tuberculosis, no se puso en marcha el protocolo de seguridad previsto en estos casos que consiste en el aislamiento y en la realización de las pruebas a los agentes que han participado en la detención. No fue hasta casi 3 meses después, el 28 de marzo, cuando tras varios requerimientos de los agentes tanto verbales, como por escrito e incluso en la Mesa General de Negociación, la Seguridad Social se hizo cargo de hacer las pruebas a estos policías locales con el resultado de que, al menos, dos de los cuatro policías que figuran en el atestado policial han contraído esta enfermedad. Uno de ellos supo que era portador en abril y el segundo hace unos días, en mayo, tras someterse a la segunda prueba. Tras la detención, no obstante, solo se desinfectaron los calabozos y los vehículos policiales al día siguiente, aunque después de que estos últimos fueran utilizados por otros turnos.

Según denuncian todos los sindicatos con representación en la Policía Local (SPPLB-CV, CCOO, UGT, CESIF, SEP Y SIPOL) «hubo un anormal funcionamiento de la administración comenzando por el Concejal de Policía, José Tomás Saura, el cual faltó a la verdad al hacer público que se había puesto en marcha el protocolo de actuación, no poniéndolo en funcionamiento hasta meses después y tras los requerimientos de los trabajadores», explican los representantes sindicales a INFORMACIÓN.

Dolidos

Los agentes se muestran muy dolidos porque el edil de Seguridad Ciudadana, sólo 12 horas después de producirse la detención, envió una nota a los medios de comunicación a través del gabinete de prensa en la que, además de informar de los hechos y felicitar a los agentes, aseguraba que «en las dependencias policiales se han tenido que tomar las oportunas medidas de seguridad y aislamiento». Algo que niegan tanto los afectados como sus compañeros.

Según explican los representantes sindicales de los policías locales, en los días, semanas y meses posteriores a la intervención policial, una clínica privada del municipio, con la que mantiene convenio el Consistorio, declinó hacer las pruebas médicas a los policías intervinientes y, denuncian que «el técnico en prevención de riesgos laborales no hizo ningún seguimiento de los policías afectados y la Mutua se desentendió de sus responsabilidades», tras acudir a esta en enero. Hasta que, finalmente,a los agentes que atendieron el servicio se les realizaron las pruebas de detección de enfermedades infectocontagiosas, con dos positivos. Ambos se mantienen en sus puestos dado que los médicos les han comunicado que portan la enfermedad pero no pueden contagiarla, y han iniciado un tratamiento contra la tuberculosis con una duración de 6 meses.

Malestar

Esta situación ha generado un gran malestar y preocupación entre los miembros que componen la plantilla de la Policía Local de Pilar de la Horadada que critica el retraso «y la despreocupación de las personas responsables de la salud de los trabajadores». Los policías entienden que no sólo se ha puesto en riesgo a los agentes que intervinieron en la actuación sino a sus familias y compañeros.

El pasado 18 de mayo, a requerimiento de los representantes policiales, estos mantuvieron una reunión con los técnicos de la Seguridad Social, el técnico en prevención de riesgos laborales y la Mutua Fraternidad, para informar y tranquilizar a los policías. Según estas mismas fuentes, todos ellos reconocieron que el protocolo de seguridad no se había seguido desde su inicio, culpando a la clínica privada con la que el Ayuntamiento tiene concertados sus servicios.

El edil de Seguridad Ciudadana, José Tomás Saura, aseguró ayer a este diario que «desde el Ayuntamiento pusimos en marcha todo el protocolo nada más conocer que el detenido tenía la enfermedad y que los policías podían estar afectados, y se avisó a Salud Pública, al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales y a la Mutua, y se les hicieron todos los análisis pertinentes y lo que administrativamente a través del Ayuntamiento se podía hacer». Saura indicó que «no tienen la tuberculosis, solo son portadores de ella y no tiene por qué ser por la detención de enero» y añadió que en la reciente mesa de Policía «nadie dijo nada de esto».