Manuel Gómez Rebagliato, del Partido Popular (PP), es desde ayer el nuevo alcalde de San Fulgencio. El edil asumió el cargo tras un pleno de investidura en el que no obtuvo la confianza mayoritaria de la corporación. Sólo recibió tres votos de un total de 13: el suyo propio, el del otro concejal de su partido y el del representante de UPyD. No obstante, se hizo con la vara de mando porque ningún otro candidato fue respaldado por una mayoría absoluta. En esos casos, gana la lista más votada en las elecciones, que en este caso fue la del PP. Eso es algo que estaba previsto que sucediera, aunque hubo una sorpresa. Los cinco ediles tránsfugas -expulsados del PP- no respaldaron a su excompañero de siglas. Optaron por la abstención a pesar de que ya habían cerrado un pacto con él para formar gobierno.

La sesión celebrada ayer en el Ayuntamiento despertó cierta expectación. Numerosos vecinos llenaron el salón de plenos. Entre ellos estaban los coordinadores del PP Candela y Joaquín Lucas. La votación para elegir al nuevo alcalde fue rápida y a mano alzada. Nadie solicitó que fuera secreta. Los candidatos podían ser cinco: el del PP; Samantha Hull del PIPN; Alejandro Sempere del PSOE; Mark Lewis del APSFU y Joel Noche de UPyD. El último renunció a ese derecho y todos los demás concejales arroparon a sus compañeros de grupo. Con ello, el bastón de mando fue a parar a las manos del edil popular, que recibió aplausos de buena parte del público.

«Honor y responsabilidad»

En sus primeras palabras como alcalde, Gómez Rebagliato dijo que asume el cargo «con honor, responsabilidad y vocación de servicio público». Destacó que ha llegado a la Alcaldía en unas «condiciones excepcionales», que no son otras que la destitución de su antecesor, Carlos Ramírez, apartado del cargo por una causa de incompatibilidad sobrevenida por estar condenado en primera instancia a ocho años y medio de inhabilitación por un delito de prevaricación.

El nuevo regidor tuvo palabras para Ramírez y dijo que el consistorio «debe finalizar los proyectos» iniciados por éste, destacando que se plantearon «con buena fe» para mejorar el municipio. Gómez Rebagliato admitió asimismo que lo que resta de mandato, que es menos de un año, es «muy poco tiempo para desarrollar un proyecto político», pero apeló a la «responsabilidad» y el «sentido común» de todos los ediles que forman la corporación para ayudar a cubrir las necesidades de los vecinos, recordando cuestiones que considera muy importantes como defender la agricultura o apoyar a las personas que carecen de empleo.

Quinto puesto

El nuevo alcalde concurrió a las elecciones en el puesto número 5 de la candidatura del PP en el año 2015. El cabeza de lista, Carlos Ramírez, fue apartado del cargo cuando un juez le obligó a dar cuenta de su condena de inhabilitación e, ipso facto, quedó apartado de la política. Eso ocurrió hace dos semanas, pero la crisis en la administración local comenzó a principios de noviembre de 2017, cuando se hizo público el fallo condenatorio. Ese hecho desencadenó un huracán político en el Ayuntamiento y en el grupo municipal popular.

Tras hacerse pública la sentencia, Ramírez pidió la baja en el PP y decidió seguir gobernando como edil no adscrito. La dirección provincial del partido exigió entonces a los otros seis concejales que dejaran sus competencias y dieran la espalda a Ramírez, pero se negaron. Finalmente fueron expulsados cinco de ellos: Paulino Herrero, Vicente Murcia, Susana Ortuño, Mari Ángeles Ortuño y Borja Alonso . Aún así, con el apoyo del edil de UPyD han seguido gobernando hasta ahora y, gracias al pacto con el PP, lo seguirán haciendo.

Sólo Gómez Rebagliato decidió en su día acatar las órdenes de su partido y permanecer en el grupo popular. Su lealtad tuvo premio y lo recibió ayer. Fue la llave del despacho de la Alcaldía.