El comercio justo salió ayer a las calles de Orihuela, el único municipio de la Vega Baja que cuenta con una tienda donde se venden productos sin que apenas medien intermediarios. En un estand instalado en el mercado de los sábados de la Avenida de la Vega, una treintena de voluntarios de la tienda ofrecieron una degustación de productos a los oriolanos, entre los que se encontraban azúcar panela, chocolates, galletas con anacardos o café, con motivo del Día Mundial del Comercio Justo, en una iniciativa que reivindica ecuanimidad.

Desde hace 12 años, Orihuela cuenta con una tienda que entra dentro de lo que se considera un sistema comercial solidario y alternativo al convencional que persigue el desarrollo de los pueblos y la lucha contra la pobreza. Además, este año se cumplirá el quinto aniversario del nombramiento de Orihuela como «Ciudad por el Comercio Justo», una de las 20 ciudades en toda España distinguidas como tal. Un sistema que defiende que en el trabajo no haya explotación infantil, que haya una igualdad entre hombres y mujeres a la hora de recibir un salario y que éste sea digno. «Muchas veces es el doble y en ocasiones hasta 5 veces más de lo que pagan las multinacionales y se puede pagar porque apenas tenemos intermediarios, sólo un contacto entre el grupo de productores y agricultores que venden sus productos a Intermón o a Mundo Solidario que nos los transmiten a nosotros», explica Andrés Javaloy, gerente del comercio justo situado en la calle Mayor de Orihuela.

Voluntarios

Estos comercios, de los que apenas hay 90 en 16 ciudades españolas, cuentan con voluntarios que no cobran y sólo se destina una parte de los beneficios para el mantenimiento de los comercios; los excedentes se destinan a las casas de la caridad y a Cáritas. «En 2016 se vendieron productos por valor de 7.200 millones de euros que solucionaron la pobreza de 2,5 millones de familias, y en España ha aumentado un 12% en el último año, al facturar 40 millones», explicó Javaloy quien reconoce que son productos algo más caros «pero de una excelente calidad y alta pureza, productos biológicos, y tampoco se nota tanto la diferencia de precio».

Todos los productos que venden las tiendas de comercio justo provienen de países pobres y en vías de desarrollo, por lo que se colabora con la economía de los mismos. Además de comestibles, venden bisutería y artesanía. «Nuestra meta es luchar contra la pobreza».