Torrevieja ha vuelto a rebasar la barrera de los 9 hectómetros de consumo de agua potable anuales. Cifras que no se registraban desde antes de la crisis, en 2007. El aumento de la aportación de agua a la red de suministro fue de un 7,3% en 2017 con respecto a 2016 -9,1 hectómetros frente a 8,5-. Lo que supone 628.000 metros cúbicos más de un ejercicio a otro, según las cifras de explotación de la concesionaria del abastecimiento Aguas del Arco Mediterráneo (Agamed).
Por ejemplo, ese abastecimiento fue de 10,4 hectómetros en 2003 -el mayor de la historia de la ciudad- o de 9,7 en 2006. Entre 2008 y 2014 se situó por debajo del los 9 hectómetros por el estallido de la burbuja inmobiliaria. La cifra actual es atribuible a la mejora de la situación económica, y por lo tanto de la ocupación de las más de 240.000 plazas de alojamiento residencial que oferta la ciudad en 122.000 viviendas. Aunque la mayor concienciación del uso del agua, la eficiencia de la red de distribución y la regulación de la presión anticipan que en mucho tiempo no se volverá al nivel de distribución de hace 15 años.
La empresa mixta, con presencia mayoritaria de Hidraqua y presidida por el alcalde José Manuel Dolón (Los Verdes), tuvo que incrementar su inversión en compra de agua a la Mancomunidad de Canales del Taibilla hasta los 6,3 millones de euros la tarifa actual de la entidad es de 0,69 euros por metro cúbico y no varía desde 2015. Pero ha aumentado un 63,3% en entre 2004 y 2015 por la introducción de agua desalinizada al sistema y el descenso de recursos propios y del Tajo.
El número de clientes ha experimentado un ligero incremento desde 2013. De los 120.182 clientes, a los actuales 123.400. Paradójicamente, al mismo tiempo el registro oficial de habitantes se hundía de los 105.000 vecinos de 2014 a los 85.000 actuales, por la depuración del censo llevada a cabo por el INE en los municipios turísticos.
La jornada de mayor demanda de todo el ejercicio 2017 fue el jueves 3 de agosto, con 46.000 m3: es la cifra más fiable de la ocupación turístico residencial de Torrevieja. Es decir, la semana clave para el sector servicios es la primera de agosto.
Ese consumo estacional máximo en época se ha ido equilibrando con los años. Si en 1980 se multiplicaba por seis (caudales de verano seis veces superiores a los de invierno), en estos momentos se queda en un 2,5 superior en verano que en invierno. La depuradora, dimensionada desde su ampliación en 2017 para asumir el consumo de una ciudad de 490.000 vecinos trató en 2017 un total de 6,4 hectómetros de agua, un 6,4% más que el año anterior. La mayor parte se ha reutilizado para uso agrícola y el riego de campos de golf de la comarca.
Inspecciones
La empresa, con 91 trabajadores, desarrolla una estrategia de control y detección del fraude con 2.500 inspecciones anuales. En 2017 el equipo especializado en esas revisiones detectó 141 casos de fraude. La mayoría a través de la reposición ilegal de suministro, pero también con la manipulación de contadores, conexiones sin contador, acometidas ilegales y desviaciones de acometidas, entre otros métodos.
Según el mismo balance, pese al trabajo de renovación de los colectores de abastecimiento de los últimos años sobre un total de 691 kilómetros de tuberías todavía 440 son de fibrocemento. Un material prohibido desde 2001, pero que sigue muy presente en la red de abastecimiento de todos los municipios del país. En 2017 la red de riego de parques con aguas depuradas regeneradas solo pudo contar con 128.000 m3, frente los 250.000 de los últimos años, tras acatar el Ayuntamiento desde junio de ese año una sentencia para evitar el uso de agua depurada gratuita de la que no tenía concesión.
