Es lo primero que ven los viajeros que utilizan el autobús para llegar a Torrevieja. Un enorme solar, con un gigantesco foso, rodeado por una ruinosa y peligrosa valla sin aceras. Para los habituales es una escena que se repite desde hace 10 años. Para quienes llegan a la ciudad la primera vez una lamentable bienvenida. Para los cientos de usuarios del Palacio de Justicia y cuartel de la Guardia Civil un obstáculo que obliga a invadir la calzada en una zona con mucho tráfico. Algo que cuestionó ayer por segunda vez en dos semanas la edil portavoz de Cs, Pilar Gómez.

El vallado debería proteger a los peatones de una eventual caída de más de 15 metros a la estructura del que iba a ser el principal centro comercial del centro de Torrevieja y cuyas obras -amparadas en una dudosa reclasificación de suelo- fueron abandonadas en 2007. La promotora, que sigue intentando reiniciar el proyecto con hotel y aparcamiento de tres plantas porque mantiene vigentes las licencias, no solo dejó el vallado en precario, tampoco repuso la mitad de las aceras de la manzana comprendida entre las calles Moriones, San Pascual, Habaneras y Patricio Zammit .

El problema -como casi siempre- es administrativo. La empresa presentó en julio de 2015 un recurso a la orden de vallado del nuevo gobierno, en la que alegaba que, con ese foso, era inviable ejecutar uno de obra porque debía ocupar suelo ajeno al solar, y que tenía «un acuerdo tácito con la anterior corporación (sic)» para mantener la valla metálica hasta que reiniciaran las obras. Ese recurso se resolvió -en contra- el 28 de marzo 2017 con un decreto -disponible ayer para el pleno-.

En esa resolución el Ayuntamiento reclama a la firma ejecutar el muro perimetral valorado en 138.000 euros y advierte que se le impondrá una multa por ese valor, en caso de no atender al requerimiento. El pasado fin de semana los bomberos de Torrevieja tuvieron que emplearse a fondo para asegurar tramos de la valla que se habían venido abajo con el temporal de levante.

La Policía Local, precintó el único acceso peatonal improvisado carril que funciona a modo de acera sobre la calzada en la avenida de las Habaneras. Con lo que los peatones ahora tienen que ocupar la calle, tal y como denunció ayer la edil de Cs.