«Más vale un feo remiendo que un bonito agujero» reza el dicho popular y, aunque tarde, eso ha debido pensar -sin reconocerlo públicamente- el equipo de gobierno local para terminar con el ladrillo caravista que ha estado dando la bienvenida en la puerta del Ayuntamiento de Torrevieja a vecinos y funcionarios desde hace más de año y medio.

Con «el palangre enredao» en fiscalizaciones y trabas administrativas para terminar la obra que el abandono de la empresa adjudicataria dejó sin concluir en el lugar más inoportuno de todos, los del gobierno han visto el cielo abierto echando mano de una solución fácil y barata a la par que efectiva, aunque no exenta de polémica. Y en poco más de tres horas y media (no paró ni para «almorsar»), un albañil puso fin a año y medio de ladrillos con pegotes de cemento con un enlucido fino que le da otro aire a la escalera de acceso del principal edificio municipal. La empresa que debió rematar esa jardinera quebró y abandonó la obra a principios de 2017, junto a otras actuaciones de la ampliación de Ayuntamiento.

El marasmo legal de reclamaciones por parte del municipio a la empresa y recursos de la mercantil, asegurando que se habían incluido y ejecutado supuestamente más obras de las contempladas en el proyecto, ha impedido que se pudiera hacer nada por terminarlas.

Todo pese a que el arreglo como se vio ayer, no exigiría más de una jornada de trabajo si también se cubre con piedra -algo que de momento, no va a pasar-. La falta de actuación municipal ha generado en los plenos y en la calle un debate sobre las que ya se habían calificado a modo de chascarrillo como las «obras del Escorial».

Aunque el Ayuntamiento sí emitió un comunicado, la nota no aclara por qué ayer sí se podía trabajar en adecentar ese acceso y durante año y medio no ha sido posible. Lo que sí ha quedado patente es la total descoordinación entre las distintas concejalías porque Contratación y la Alcaldía no sabían nada, y el concejal de Obras y Servicios, Domingo Soler, aseguraba que tampoco.

El albañil prestaba servicio de Trabajos en Beneficio a la Comunidad (TBC), y el material que estaba utilizando era del Ayuntamiento. Le habían ordenado realizar la faena desde el equipo de verde municipal, dependiente del área de Obras y Servicios. Un funcionario responsable de ese departamento le ordenó que dejara trabajar, pero luego, no está claro si tras mediar un concejal, reinició la obra.

El recurso a un TBC, que realiza estos trabajos para conmutar penas de multa económica por delitos leves, permite al Ayuntamiento dejar constancia de que los trabajos no han requerido gasto público y por lo tanto no ser acusado de fraccionamiento -dado que el arreglo forma parte de una obra mayor-.

Hurtado anunció el viernes pasado que la junta de gobierno local había aprobado el inicio de un expediente de contratación para terminar las obras de ampliación del Ayuntamiento, que presumiblemente incluyen el enlucido y empedrado de esa escalera y jardinera, además de otras actuaciones en el edificio de una planta construido junto al Ayuntamiento. En total hay un presupuesto de 59.000 euros, que se suman a los 312.000 En total hay un presupuesto de 59.000 euros312.000que costó la ampliación. Al final, para este «adecentamiento» se ha actuado sin contrato cuando el horizonte administrativo ya se había despejado para que el Ayuntamiento pudiera resolver el final de obra sin problemas.

Por su parte municipales indicaron que el «adecentamiento no está relacionado con el contrato del que se informó el pasado viernes en la rueda de prensa de la JGL». Las mismas fuentes reiteraron que «el anterior contrato de las obras de ampliación del Ayuntamiento fue objeto de serias discrepancias con la empresa adjudicataria que tuvo que resolver el Consell Jurídic Consultiu ya que la empresa abandonó la obra pero se negó a que el Ayuntamiento resolviera el contrato».