El alcalde de San Fulgencio, Carlos Ramírez, está negociando con responsables provinciales del Partido Popular (PP) un futuro para los cinco ediles que se marcharon con él del partido el pasado mes de noviembre; a cambio, ofrece dimitir e, incluso, podría devolver en la misma jugada la Alcaldía a los conservadores. Las negociaciones, que aún abiertas, pueden colocar a Manuel Gómez Rebagliato, el único concejal que sigue en el grupo popular, como aspirante a la vara de mando, para lo cual necesitaría el voto en el pleno de investidura de estos ediles, considerados tránsfugas, y gobernar consecuentemente con ellos. A lo que no está dispuesto Ramírez es a marcharse y que el PP negocie un gobierno de concentración con el resto de la oposición, con PSOE y PIPN.

El PP está pisando con pies de plomo en un asunto que no es fácil de gestionar porque no sólo se juega recuperar una Alcaldía que perdió hace cinco meses, cuando Ramírez decidió seguir en el cargo pese a su condena de 8 años y medio de inhabilitación, lo que le llevó a abandonar la presidencia del partido y la militancia, decisión en la que le acompañaron cinco de los seis ediles que formaban el grupo popular. De la marcha del alcalde también depende la tranquilidad del PP al frente de la Diputación lo que resta de mandato. Y esto es así porque el diputado popular Miguel Zaragoza ha solicitado abandonar el cargo tras ser investigado por su gestión al frente del Ayuntamiento de Santa Pola y su sustituto a día de hoy es el propio Carlos Ramírez, quien figuraba a comienzo de mandato como primer reserva del PP. Si este se marcha los populares dejarían a Zaragoza dimitir para no estar en manos de Ramírez, al que consideran un tránsfuga.

El diario contrastó tanto con Ramírez como con el Partido Popular que se están manteniendo negociaciones, algo que también conoce el PSOE de San Fulgencio. Ramírez, quien podría seguir en el cargo pese a que un juzgado le ha hecho un requerimiento para que se dé cuenta de la sentencia que le inhabilita, sólo tiene clara una cosa: la Alcaldía no puede ir a parar al Partido Independiente por las Nacionalidades (PIPN) ni al PSOE. De ahí el interés que tiene en que sus ediles gobiernen o, en el peor de los casos, devolver la vara de mando al partido en el que militó 27 años. Si no se aceptan sus condiciones, habría que ir a una votación en el pleno de investidura que, supuestamente, ganarían los tránsfugas siempre que les apoye el concejal de UPyD que gobierna con ellos. Para el caso de un empate se daría la circunstancia de que Gómez Rebagliato, el único edil que le queda al PP, sería el regidor porque fue la suya fue la fuerza más votada.

Mientras, el secretario municipal de San Fulgencio ha informado al PIPN que el 2 de mayo es el último día que tiene Ramírez para convocar el pleno extraordinario solicitado por PSOE, PIPN y PP para dar cuenta de la condena. Para el caso de que no lo haga, lo haría él al día siguiente. La sesión podría tener lugar el sábado 5 de mayo.