Orihuela se ha convertido por segundo año consecutivo en la capital de un evento deportivo que no entiende de barreras. El Palmeral acogió ayer las Jornadas de Deporte Adaptado que organiza la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte, reuniendo a más de 600 escolares con diversidad funcional de la provincia. El éxito de la pasada edición fue tal que la organización no ha dudado en repetir la convivencia en esta ciudad de la Vega Baja.

Los chavales jugaron al fútbol, baloncesto, participaron en yincanas y disfrutaron de un día de ocio al aire libre en el que quedó demostró que querer es poder. El objetivo de esta iniciativa pasa por concienciar y promover la cooperación e integración entre los escolares de personas con diversidad funcional. Se realiza en diferentes puntos de la provincia durante todo el curso para fomentar la inclusión de personas con discapacidad. En el evento se integraron estudiantes de centros educativos de Alicante, Torrevieja, Elche y Santa Pola, junto a escolares de centros oriolanos como el CEE Antonio Sequeros, el CEIP Fernando de Loaces, el CEIP Villar Palasí, el CEIP Miguel Hernández, el Colegio Diocesano Oratorio Festivo y usuarios de ADIS Vega Baja. Por su parte, los alumnos de Ciclo de Grado Superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas del IES Mare Nostrum de Torrevieja fueron los encargados de la organización, diseño y ejecución de dichas actividades, así como de los alumnos del IES El Palmeral y los centros penitenciarios de Foncalent y de Villena, que ejercieron de voluntarios durante la jornada.

«Aunque todo el deporte merece apoyo por parte de las instituciones, este colectivo lo merece más todavía», valoró el concejal de Deportes de Orihuela, Víctor Valverde, que resaltó que los participantes disfrutaron de «un día espléndido realizando deporte y sobre todo de una jornada de convivencia». El jefe de sección de Actividad Física y de Deportes de la Conselleria de Educación, David Torró, agradeció que Orihuela «nos reciba con los brazos abiertos» y Ana María Rivera, una de la monitoras del IES Mare Nostrum, explicó que el objetivo es «dinamizar a este gran grupo de alumnado con diversidad funcional haciendo diferentes actividades adaptadas de juegos tradicionales con poca dificultad para que disfruten en un entorno lúdico y saludable».