Han encontrado en la vegetación mediterránea e incluso de saladar un hábitat más tranquilo que el urbano. Son gatos domésticos que se han asilvestrado con el paso del tiempo y que, poco a poco, están tomando algunas zonas del parque natural de las lagunas de Torrevieja, en especial, rincones poco expuestos de pinada, coscojar, lentisco y palmito de la laguna matera. La dirección del parque no ha mostrado una preocupación especial por esta presencia. Pero lo cierto es que estudios científicos avalan que la entrada de estos felinos puede convertirse en una de las principales amenazas para la biodiversidad de un espacio natural singular.

¿Cómo han llegado hasta las orillas de la laguna? El límite mismo del parque natural está a escasos metros de las macrourbanizaciones de San Luis, El Chaparral y La Siesta. De hecho, la valla que separa la zona protegida está pegada a los viales de los residenciales. Las colonias urbanas de gatos se han «pasado» al medio natural, a veces ayudadas por los propios vecinos, que alimentan a los ejemplares. Está comprobado que estos gatos vagabundos pueden recorrer diariamente hasta 20 kilómetros y alternar las zonas residenciales y el espacio natural.

Los gatos asilvestrados o cimarrones se alimentan de todo lo que pueden encontrar en este medio. Es un animal instintivamente cazador aunque tenga procedencia doméstica y figura entre los principales factores de amenaza para la vida silvestre.

Según expertos ambientalistas y biólogos la forma de erradicar la proliferación de estas colonias de gatos asilvestrados es su captura con jaulas, esterilización y reubicación en otros entornos.

Ana Llopis, del Proyecto CES (Capturar, Esterilizar, Soltar) de Torrevieja explicó a este diario que no tenía constancia de este problema hasta hace unos días, cuando algunas publicaciones en redes sociales se hicieron eco de la presencia de ejemplares, algunos captados muy cerca de la orilla de las lagunas. Llopis considera viable capturar a estos felinos y esterilizarlos, pero no ve nada claro que se puedan reubicar en un entorno urbano, porque son muy «territoriales».

Proyecto CES ha logrado erradicar los sacrificios de gatos y rebajar el número de callejeros con cientos de esterilizaciones. Esa eficacia a la hora de cuidar a los animales más indefensos ha provocado un supuesto «efecto llamada» de vecinos que abandonan a sus felinos en el término municipal llegados de otros pueblos.

Los que viven en el parque natural cazan desde insectos, a anfibios, pasando por reptiles. Y lo más dañino en este caso, aves y sus nidos. Entre ellos el de especies que crían en el suelo, o los nidos de murciélago. También se puede emplear a fondo con gazapos de conejo. Su único competidor es el zorro, que aunque esquivo, también tiene una población importante (y autóctona) en el entorno de la laguna.

La presión humana sigue siendo la principal agresión al paraje. La laguna matera en su área de visita es ya utilizada como el parque urbano más grande de Torrevieja. Pero la evidencia del daño que puede provocar el gato asilvestrado se enfrenta a veces con la incomprensión y escaso rigor científico con el que algunos defienden la presencia de estas colonias.