El Ayuntamiento de Cox se ha encontrado con dos sorpresas, una buena y otra mala, en relación a la finca comprada en 2014, en la que se ubicaba la vieja cantera. La parte negativa es que sobre esa parcela pesa una sanción administrativa de 200.000 euros porque los antiguos propietarios vertieron de forma irregular escombros para taponar algunos de los agujeros creados por la extracción de piedra. Ahora el dueño del terreno es el consistorio y, por tanto, es el responsable de asumir la multa. Por otro lado, la buena noticia es que la administración local ha encontrado un documento que refleja que la empresa que explotaba la mina abonó 600.000 euros a la Generalitat como aval de la futura restauración de la zona. El trabajo nunca se hizo y, por ello, el Ayuntamiento ha solicitado ahora destinar esa cantidad a regenerar la cantera.

La administración local ha planteado una hoja de ruta al Consell para detallar los pasos que pretende dar para convertir esa zona degradada en un parque con vegetación para uso y disfrute de los vecinos. Ese planteamiento se explicó ayer al conseller de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, Rafael Climent, que visitó el terreno para conocer de primera mano el proyecto que plantea el consistorio. La concejala de Medio Ambiente, Beatriz Nadal, explicó que la negociación con la Generalitat tiene como finalidad que de alguna forma se «perdone» esa sanción pendiente de 200.000 euros a cambio de que se ejecute la obligada restauración del entorno. La edil consideró que la administración autonómica también es responsable de todo lo que ha sucedido en Cox al respecto de la cantera porque fue la Generalitat la que ingresó el aval de cerca de 600.000 euros presentado por la empresa pero, sin embargo, nunca promovió acciones para obligarle a regenerar el entorno. Cabe destacar que la mercantil entró después en quiebra y se disolvió, por lo que ya no se le puede reclamar nada.

El proyecto de restauración que en su día planteó la empresa contemplaba una inversión total de 2.071.095,02 euros y, sin embargo, el aval solicitado entonces por el Consell fue de un cuarto del total. Por tanto, no hay cantidad suficiente para ejecutar la restauración prometida.

Informes geológicos

Lo primero que ha hecho el consistorio para empezar el trabajo ha sido encargar informes geológicos y de restauración de sistemas para evaluar el estado en el que se encuentra el entorno y el macizo rocoso. Los expertos coinciden en que lo más importante ahora es afianzar los taludes para evitar peligros de desprendimiento de rocas. En ese sentido, Climent anunció ayer que se creará una comisión de trabajo entre ambas instituciones para estudiar las posibilidades técnicas y jurídicas de recuperar ese aval e iniciar una intervención en cuanto sea posible con tal de garantizar la seguridad. El conseller no se explica cómo los anteriores responsables de la Generalitat permitieron que no se acometiera la restauración sin exigir responsabilidades a la empresa que durante años se lucró con ese negocio.

Será una vez que se acometan esos trabajos cuando el consistorio podrá continuar con su proyecto, que pasa por plantar más arbolado, crear zonas de esparcimiento, promover lugares donde practicar escalada o crear un aula de la naturaleza para dar vida a la zona. La edil de Medio Ambiente admitió que los 600.000 euros del citado aval probablemente no serán suficientes para ejecutar toda la actuación, por ello ya se está tocando a puertas como la de la Diputación de Alicante en busca de más ayudas.

«Regenerar la zona como tal es algo que no se puede hacer porque no se puede volver a colocar la roca extraída, pero lo que sí se puede es crear un entorno más amable y seguro buscando una mejora del suelo para favorecer la vegetación y buscando soluciones hidrogeológicas para poder regar el arbolado», concluyó Beatriz Nadal.