El perro que se perdió durante las vacaciones de Semana Santa en Torrevieja, un yorkshire llamado Coco, abandonó ayer la casa de acogida en la que ha estado internado durante 11 días. Finalmente la Concejalía de Protección Animal ha aceptado entregarlo a unos familiares de sus dueños que residen en la ciudad, puesto que ellos son de León. El can ha sido devuelto una vez que se le ha puesto el chip identificativo y tras una polémica que ha puesto en entredicho la gestión de la edil Carmen Morate.

Los propietarios del animal respiraron ayer tranquilos al conocer que, por fin, su mascota había sido entregada a sus familiares, después de unos días en los que aseguran haber vivido un «calvario». El perro se perdió el 31 de marzo y fue encontrado por la Guardia Civil al día siguiente. Los dueños, que ya estaban en León, trataron de recuperarlo pero la edil se resistió aduciendo que en el informe policial se decía que el animal había sido hallado en condiciones de salubridad inadecuadas. En ese rifirrafe, los dueños llegaron a acusar de «ladrona» a la concejala en redes sociales y ésta, en una conversación telefónica que fue grabada y difundida, les exigió borrar esos comentarios para empezar a hablar sobre cómo podían recuperar al can.

Esa grabación de audio corrió como la pólvora y toda la oposición criticó el tono y la presunta coacción realizada por la concejala. Una semana después de la polémica, la edil se vio forzada a pedir disculpas. Ello después de que incluso sus compañeros de gobierno se lo pidieran públicamente. Morate dijo que no se entregaría al perro hasta que los dueños acudieran a Torrevieja a firmar la autorización para ponerle el chip, pero finalmente aceptó entregarlo a unos familiares.

No obstante, todo apunta a que el tema no acabará aquí, pues la oposición ha pedido acceso al expediente sobre todo este asunto para fiscalizar las decisiones que Morate ha venido adoptando hasta liberar al animal.