El comisario de la Policía Local de Torrevieja, Vicente Gutiérrez Sola, no esperó ni un día a desautorizar al alcalde, que es su jefe principal. El primer edil, José Manuel Dolón (Los Verdes), anunció la semana pasada, el 28 de marzo, en rueda de prensa que los agentes de la unidad de proximidad estaba utilizando coches camuflados, sin distintivos policiales, para pillar «in fraganti» a los infractores de ordenanzas municipales, en especial a quienes utilizan solares y contenedores para realizar vertidos ilegales. Una práctica que genera innumerables quejas vecinales desde hace años y que el gobierno local intenta atajar porque además la falta de control había generado un efecto llamada de vecinos de otros municipios. La presencia de vertidos incontrolados, que generan un impacto muy negativo en la imagen turística de la ciudad, también son uno de los principales argumentos de crítica de la oposición del PP a la gestión municipal.
Horas después de la comparecencia del alcalde, el comisario jefe daba a conocer en el retén un «comunicado de jefatura» en el que indica que la «jefatura del Cuerpo no ha dispuesto, ni ordenado el uso de vehículos para la prestación de servicios que no porten los distintivos y rotulaciones reglamentarias y que lo identifiquen como vehículos policiales».
En el mismo escrito el jefe policial -enfrentado por diferencias de criterio y competencias sobre organización del servicio al propio alcalde y al director general de la Policía Local desde principios de este mandato-señala que «debe advertirse que el uso de vehículos sin distintivos policiales no se encuentra recogido en la norma de aplicación (de funcionamiento de las policías locales). De hecho, el jefe policial refleja en el propio escrito los párrafos de la ley orgánica de Fuerzas de Seguridad y Cuerpos de Seguridad en el que se indica cuáles son cada una de las competencias de la policía local, entre las que no figura realizar estas tareas sancionadoras con coches sin distintivos. También recuerda el decreto del Consell sobre homologación de la uniformidad de la Policía Local de la Comunidad.
El comunicado de Vicente Gutiérrez deja a los «pies de los caballos» a los agentes que habían asumido estas funciones, porque pueden verse sometidos a medidas disciplinarias. Aunque es algo que requiere el visto bueno del gobierno municipal, y el jefe y responsable máximo del Cuerpo es el alcalde, que es quien avala la gestión de esta unidad de proximidad. El servicio está compuesto por unos 160 agentes -un número muy escaso-. De ellos, 20 en segunda actividad y con una media de bajas laborales del 15%. En estos momentos están sometidos a expedientes disciplinarios varios mandos, incluido el comisario jefe.
El primer edil no ofreció datos concretos sobre la actividad de esta patrulla de proximidad y el resultado de sus intervenciones. Sí indicó que se emplean coches no reclamados, bastante antiguos. La unidad de proximidad está compuesta por solo tres agentes, pero según Dolón está obteniendo buenos resultados, aunque solo sea con carácter preventivo porque algunas de las pequeñas empresas y particulares que usaban zonas públicas como vertedero para evitarse el desplazamiento y el gasto de vertederos autorizados han dejado de arrojar escombros y enseres. Hasta tal punto ve normal el equipo de gobierno que se puedan utilizar coches «camuflados» que el primer edil se quejó de que la actuación no pueda ser del todo eficaz porque los agentes sí tienen que mantener la uniformidad, lo que les ha delatado en más de una ocasión.
Subdelegación
El Ayuntamiento ha solicitado a la Subdelegación del Gobierno en este mandato, y también en anteriores, que algunos agentes puedan actuar de paisano para determinados servicios, por ejemplo para vigilancia de manteros y mercadillos. La Subdelegación del Gobierno lleva años rechazando esas solicitudes. Solo las ha concedido para situaciones de labores de atención y vigilancia en casos de violencia doméstica.
