Unos 200 vecinos se concentraron ayer a la puertas del Ayuntamiento de Torrevieja mientras se celebraba el pleno convocado por la oposición para fiscalizar el cambio de usos del Museo de la Semana Santa. Los manifestantes se emplearon a fondo para hacer notar su disconformidad con la decisión de dejar dos plantas y un sótano a la Semana Santa en el nuevo edificio. Las pancartas pedían diálogo. La tensión fue a más cuando la Policía Local y la Guardia Civil cumplieron el mandato del alcalde de identificar a los que supuestamente alteraban el desarrollo del pleno, advirtiéndoles que podrían enfrentarse a una sanción administrativa.

En la misma participó el diputado nacional Joaquín Albaladejo, quien se animó a tocar la bocina. Miembros del equipo de gobierno recibieron una sonora pitada, e insultos de los miembros de las cofradías de la Semana Santa, e incluso el edil Javier Manzanares, un empujón.

Mientras tanto, en el salón de plenos la ausencia de la concejal del Partido Popular (PP) Agustina Esteve, por motivos de salud, permitió el equipo de gobierno con el respaldo de Sueña Torrevieja (12 votos) frente a los 12 que también sumaron PP y Cs lograr una fiscalización favorable. Y ello fue posible por el voto de calidad del alcalde, José Manuel Dolón (Los Verdes) al trámite administrativo del polémico cambio de uso del Museo de la Semana Santa. La oposición mayoritaria del PP anticipó que hará todo lo posible para revocar el acuerdo, mientras que Cs, que también lamentó, a su juicio, la falta de diálogo y consenso con la Junta de Mayor de Cofradías para adoptar la decisión.

Fue una sesión bronca de dos horas y media marcada por la concentración. La percusión típica de las procesiones de Semana Santa se hacía notar en el salón de plenos y el alcalde decidió suspender la sesión momentáneamente porque el ruido no permitía el debate. Ordenó que la Policía Local identificara a los concentrados, en torno a 200, que, a su juicio, perturbaban el desarrollo del pleno. Algo que hizo, no sin fracasar en varios intentos, la Guardia Civil. La Junta había dado cuenta en tiempo y forma de la concentración a la Subdelegación.

La portavoz socialista Fanny Serrano se encargó de defender el aspecto jurídico del trámite asegurando que el cambio de uso para un proyecto ya terminado no estaba entre los casos que la Generalitat planteó a la hora de requerir una decisión del pleno -y que el gobierno en minoría hubiera perdido en caso de someterse a votación-. Recordó que al finalizar el mandato del PP en 2015, el anterior alcalde Eduardo Dolón solicitó el cambio de uso, reservando la cuarta y quinta planta para el Ayuntamiento. También se preguntó cómo va a revocar el PP una resolución avalada por los técnicos del Ayuntamiento y la Generalitat y por el conseller de Hacienda.

El alcalde José Manuel Dolón hizo un intento de mostrarse conciliador, apelando al interés general a la hora de hacer uso de una inversión de casi 6 millones de euros -para todos los torrevejenses- asegurando que el espacio destinado para la Semana Santa supone un 60% «y va a sobrar para el museo». Recordó que los sótanos servirá para acoger dependencias de la Guardia Civil y juzgados. Mantuvo que habilitar el Museo del Mar y de la Sal, el que recoge la historia de Torrevieja y que lleva arrumbado en un semisótano 20 años, servirá como reclamo para las visitas al patrimonio religioso. Mientras que el edil Hurtado lamentaba que el PP pidiera máximo respeto a la JMC mientras acusaba al gobierno de «odiar» a la religión, al tiempo que el edil de IU, Víctor Ferrández, recordaba la separación Iglesia Estado y Sueña se mostraba firme en respaldar un cambio de uso que, cree, respeta a la Junta Mayor.

Vídeo en el que se observa a la Policía Local intentando identificar a varios de los concentrados y al diputado nacional Joaquín Albaladejo animando la protesta con una bocina

Vídeo de la protesta