Nuestro Padre Jesús ha brillado esta tarde más que nunca en las calles de Orihuela durante la procesión del Miércoles Santo de la Orden Franciscana Seglar y Muy Ilustre Mayordomía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Por primera vez, las escenas de La Pasión que rodean al trono de «El Abuelo» fueron iluminadas para darle mayor vistosidad. Se trata de unas tallas de madera de ciprés de Rafael Grafiá que pasaban algo más desapercibidas de noche a pesar de la belleza de estas obras artísticas.

Fue el tercio de San Juan y La Dolorosa, de José Sánchez Lozano, el primero que comenzó el descenso de la cuesta por el barrio de San Francisco para trasladar las imágenes en procesión hasta el Santuario de Monserrate. La escena representa el encuentro de la Virgen con su hijo crucificado y San Juan como testigo del momento. Le siguió el tercio del Cristo de La Agonía, de Francisco Salzillo, portado a hombros. La comitiva estuvo encabezada por la Cruz-Insignia de la Orden Franciscana Seglar, que representa el «Abrazo de San Francisco», obra de orfebrería de Benedicto Martínez. Los Armaos, con su banda y su ejército romano, fue la que anunció que llegaba el momento más esperado de la procesión, la llegada de Nuestro Padre Jesús Nazareno, una obra que lo representa de camino al monte calvario con la cruz a cuestas y que talló José Sánchez Lozano en 1941. «El Abuelo» estuvo acompañado por nazarenos con vestas de terciopelo morado.

Más de 1.000 nazarenos arroparon al patrón de Orihuela por las calles de la ciudad. Como novedad, la Mayordomía decidió que desfilaran los tambores detrás de la Cruz Insignia para dar el paso. Los oriolanos llenaron las calles de Orihuela para asistir a una procesión que, además de querida, cuenta con una particularidad que la diferencia de la de otros municipios, como es que esta procesión no representa el orden lógico de la secuencia pasional, que portaría primero a Jesús con la cruz y después al crucificado, sino que se le concede el privilegio al Abuelo de participar el último en el desfile.