La construcción del nuevo colegio de Rojales es la historia de nunca acabar y la comunidad educativa está más que harta. La obra para terminar el recinto está parada desde hace tres meses. Al parecer la empresa adjudicataria ha presentado una modificación del proyecto a la Generalitat y precisa más presupuesto para finalizar. Mientras no haya un acuerdo económico los operarios no retomarán los trabajos para habilitar las pistas deportivas y el gimnasio.

El nuevo centro escolar comenzó a construirse hace un año y medio en la misma parcela en la que se ubicaba el anterior. En una primera fase se levantó el nuevo edificio para aulas, comedor y despachos. El inmueble se habilitó donde se encontraban las pistas deportivas y abrió sus puertas el pasado septiembre. Tras esto se ejecutó la demolición del viejo edificio y se retiraron los escombros. En ese mismo lugar están proyectados los espacios para practicar deporte, que no se han finalizado. Por ese motivo los alumnos siguen haciendo educación física en una parcela anexa al centro que está asfaltada y que anteriormente se utilizaba como zona de aparcamiento.

La AMPA del colegio Poeta Miguel Hernández -anteriormente llamado Príncipe de España- está cansada de esta situación y se predispone a retomar la campaña de protestas para exigir que se acaben las obras cuanto antes. En un principio estaba previsto que el recinto escolar estuviera totalmente acabado en Semana Santa pero es algo que no ha sucedido. «Como padres y madres nos da igual el problema que haya. Nosotros exigimos que se solucione lo antes posible», trasladó ayer un miembro de la AMPA.

Normativa

El alcalde de Rojales, Antonio Pérez, explicó que el proyecto inicial del colegio se redactó hace casi una década. Con esos planos la empresa adjudicataria de la obra se puso a trabajar, si bien no se habían adaptado muchos de los flecos a la nueva normativa. «La legislación ha cambiado y en la obra han hecho más cosas de las que habían contempladas», aseguró el primer edil. Pérez señaló que la mercantil quiere que la Generalitat Valenciana apruebe una modificación del proyecto «para que se le reconozca todo lo que ha hecho y tiene que hacer de más», para asegurarse de que cobrará por todo ello. Todo apunta que hasta que no llegue a un acuerdo con la Conselleria de Educación y de Hacienda y Modelo Económico no moverá ni un ladrillo más. Y eso es algo que preocupa a los padres, que aseguran incluso que en las últimas semanas se han llevado parte del material de construcción que se guardaba junto al colegio.

«Entendemos la inquietud de los padres y estamos trabajando para que se retome la obra. En estos momentos sólo falta que la Generalitat apruebe la modificación del proyecto y se lo comunique a la empresa», añadió el regidor, que dijo desconocer cuál es la cantidad económica adicional que se tiene que aportar para que concluyan los trabajos. La adjudicación de este colegio costó 2.785.000 euros más IVA.

La comunidad educativa de Rojales ha tardado casi una década en conseguir que la administración valenciana iniciara las obras para el nuevo colegio tras muchas protestas y manifestaciones que, ahora, plantean retomar si no se concluyen los trabajos.