El Ayuntamiento de Torrevieja no cuenta con una ordenanza que regule las consultas populares a sus vecinos sobre asuntos de gestión. Algo que impide al equipo de gobierno cumplir su compromiso anunciado hace ya más de dos años de designar una playa autorizada para perros en su litoral. Fuentes del equipo de gobierno indicaron que el verano se echa encima de nuevo y que en esta ocasión el municipio contará con este servicio -aunque no se pueda consultar a los vecinos de una forma reglada-.

Aunque el concejal de Playas, Javier Manzanares se ha referido en alguna ocasión públicamente a la falta de regulación local como el principal impedimento, lo cierto es que los municipios no pueden regular ese tipo de consulta, algo que al parecer, el concejal, desconocía. No hay ordenanza porque se trata de un tipo de consulta que solo puede autorizar la administración central a la hora de poder utilizar el censo oficial de electores. Algo que podría hacerse coincidir, tras la petición de autorizaciones, con la cita electoral de las municipales de 2019. Mientras tanto el equipo de gobierno busca una alternativa provisional antes del verano.

Como en tantas otras gestiones de la administración local los técnicos no vieron nada clara la «novedad» pactada -esta vez sí- entre los siete grupos con representación municipal de someter a consulta vecinal la ubicación exacta de este tramo de litoral entre media docena de propuestas, entre las que figuraba un tramo de la playa de La Mata; Cala del Moro en Cabo Cervera, Cala de Los Trabajos, junto a la residencia Mar Bella, Cala Ferrís, Punta Margalla y Cala de los Carabineros- Punta Prima, al sur de Cala Piteras.

Datos Personales

¿Por qué no ha salido adelante la propuesta administrativamente? Para que la consulta se pudiera hacer con todas las garantías debía contarse con el censo de vecinos -en un procedimiento similar a unas elecciones-. Los datos del padrón no son de acceso libre, están protegidos por la ley de Protección de Datos Personales, y no hay ni una sola ordenanza municipal que regule o haga referencia a cómo usar esa información para plantear una consulta vecinal sobre una decisión municipal. Algo, con lo que, según Manzanares, sí que cuentan otros municipios, aunque fuentes municipales aseguran que el edil desconoce que no existe esa posibilidad.

El equipo de gobierno se ha planteado esta misma semana qué hacer con esta gestión cuando ya se avecina la temporada estival. Los grupos en la Corporación se reunieron para pactar la consulta en noviembre de 2016. La iniciativa de descartar la votación tan solo se ha planteado en el ámbito del equipo de gobierno.

La idea es contar con la playa -sí o sí- antes del verano. Otra cosa es cómo decidir la ubicación. Se descarta esa consulta «formal», y se plantean otras alternativas. Como una combinación de urnas en sedes municipales -como cuando se plantearon propuestas para los presupuestos participativos-; o incluso encuestas en distintos medios de comunicación, además de en las páginas en redes sociales del Ayuntamiento.

Garantías

Como última alternativa se plantea que sea el propio equipo de gobierno el que designe la ubicación «provisional» hasta que se puede realizar una consulta con todas las garantías. Someter esta resolución a consulta también ha generado algunas dudas. Todos los partidos políticos llevaban en sus programas de 2015, con mayor o menor relevancia, la creación de este tramo permitido para perros. Algo que incluyeron también asumiendo campañas de firmas en las que se recogieron miles de adhesiones a esta solicitud, siguiendo experiencias de otros muchos municipios en España.

Aunque el respaldo a la iniciativa es mayoritario no lo es su ubicación. La sugerencia de que este tramo de litoral se situara en la zona urbana de la playa de La Mata generó un debate en contra hace dos años. De ahí que el PP -que nunca llegó a someter a votación popular decisiones-; Cs o Sueña, apostaran por un procedimiento de consulta. Lo único que se ha tramitado administrativamente de este asunto en dos años y medio es el cambio de una frase en la ordenanza de playas para indicar que el baño canino está prohibido menos en las zonas acotadas por el municipio -algo que llevó meses de trámites-.