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La ley no limita el boro en el agua desalinizada para cultivo pese a la denuncia de los regantes

La CHS indica que los 0,5 miligramos por litro que esgrime el Sindicato Central es una referencia de la ONU

Imagen de la producción de agua desalinizada para el consumo humano en la planta de Torrevieja. Tony Sevilla

«No hay un límite legal de presencia de boro en el agua de riego y en ningún caso el agua embalsada de La Pedrera podría ser perjudicial para los cultivos», asegura la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) tras cuestionar el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo Segura (SCRATS), de nuevo, la presencia de boro en el pantano de La Pedrera para «calentar» la protesta de hace unos días en Madrid, en la que se reclamaba agua por el sureste español.

Los representantes de los sindicatos agrícolas, que velan por los intereses de grandes empresas agrícolas de Alicante, Murcia y Almería, aseguran que los aportes de agua desalinizada de la planta de Torrevieja en el pantano de La Pedrera, superan los límites permitidos para algunos cultivos. Aseguran que si determinadas producciones de cítricos recibieran ese agua, se secarían. El boro es un residuo generado en el proceso de desalinización. Sin embargo, no hay en España legislación que exprese cuáles son esos umbrales que no se pueden rebasar, según la CHS.

La CHS explicó a este diario que la «referencia reconocida en distintos estudios es que el nivel esté siempre por debajo los 0,5 miligramos por litro». Esa cifra está extraída de los estudios e informes de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). Y es la que se sigue como orientación. Sí existe, indican las mismas fuentes, una indicación en el plan de cuenca del Segura vigente en estos momentos que señala que en circunstancias «normales» (en ausencia de una sequía extrema como la actual) ese contenido de boro en el agua no debe superar los 0,3.

El SCRATS ha pasado de cuestionar duramente la producción del agua desalinizada durante años a reclamarla como propia al Gobierno, a un precio social subvencionado por el erario público de 0,30 céntimos por metro cúbico en época de sequía, sin boro y facilitando las infraestructuras que permitan acceder a esos recursos. Plantea ya la construcción de sus propias desalinizadoras y la interconexión entre cuencas con financiación privada y fondos europeos.

Sin agua

¿Qué ha cambiado? La sequía cerró el grifo del trasvase Tajo-Segura en mayo de 2017. Pero en este caso aplicando la nueva regulación del acueducto validada en 2013 por los gobiernos de las comunidades autónomas implicadas. Una normativa que impide trasvasar agua para riego si los pantanos de cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía, no superan los 400 hectómetros almacenados. Ahora, sin el agua del Tajo ni la desalinizada, no se podrán consolidar las miles de hectáreas puestas al riego desde los años 80 gracias al agua del Tajo.

Valores máximos

Paradójicamente sí hay establecido un umbral para la presencia de boro en el agua de consumo humano establecido por el Ministerio de Sanidad. Un miligramo por litro. Es decir, según los regantes, una concentración de la mitad de esa cantidad en el agua desalinizada es más perjudicial para ciertos cultivos, sobre todo, cítricos, que el doble para consumo humano. La CHS insiste en que vigila que no se supere una concentración del 0,5.

La planta desalinizadora de Torrevieja produce el agua con contenido en boro inferior a 0,5 miligramos por litro, pese a no tener ninguna obligación legal de hacerlo. Y asume el coste que supone el tratamiento porque el agua vuelva a pasar por algunos dispositivos de filtrado para retirar ese boro. Es decir, le cuesta más caro distribuir agua para riego que suministro para el consumo humano. Y no lo repercute a los agricultores, según Acuamed. Ahora la desalinizadora, la más grande de Europa, está consagrada a la producción de agua de boca. En septiembre pasado dejó de distribuir a la agricultura para cubrir la demanda de las ciudades, aunque puntualmente cede una parte de excedentes al riego. En el embalse de La Pedrera hay 65 hectómetros -la mayor reserva de la cuenca-. En ausencia del trasvase del Tajo, casi todo el caudal es desalado.

Acuamed tiene previsto entre abril y junio doblar su capacidad una vez que se culminen los trabajos para incrementar la energía suministrada. Los grandes apoyos sobre los que instalará el tendido ya están ubicados y también se está trabajando en el cableado subterráneo en Torrevieja.

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