Buena parte de las piezas que conformaban el monumento a los caídos de Callosa de Segura se han depositado en el interior del Museo del Cáñamo. Los elementos permanecen sobre palés de madera numerados e inventariados, tal y como ordenó el Tribunal Superior de Justicia valenciano. A su alrededor se encuentran diferentes artilugios que antaño se utilizaban para trabajar esa fibra vegetal y convertirla en suelas de zapatillas, cuerdas y redes. Nadie sabe cuánto tiempo permanecerá ahí la cruz o la peana de mármol con los nombres inscritos de los 81 asesinados.

La estampa sorprendió a diferentes alcaldes de la comarca y técnicos llegados desde diferentes partes de la provincia. Ese museo fue el lugar elegido para celebrar la II Jornada de turismo de interior de la Vega Baja, que promueve la puesta en valor de la huerta, la pesca o los trabajos tradicionales como el cáñamo para atraer turistas. Al parecer muchos no se dieron cuenta de lo que eran realmente los grandes trozos de mármol blanco. La cruz estaba tapada con un plástico verde y no se veía. Sin embargo, algunos de los políticos de la zona sí intuían perfectamente de qué se trataba, pues la polémica por la retirada del monumento no ha pasado desapercibida.

El Ayuntamiento, gobernado por un tripartito de izquierdas (PSOE, EU y Somos), decidió colocar allí los diferentes elementos del monumento. En un principio se anunció la pretensión de idear un espacio en este museo dedicado a la memoria histórica. Ahora se ha cambiado de opinión. Lo que pretende el gobierno local es intentar retomar las negociaciones con la Diócesis de Orihuela-Alicante. Su objetivo es que acceda a disponer la cruz en algún espacio del cementerio de la localidad, que es propiedad de la parroquia. Esa es una vía que ya se intentó antes de iniciar los trabajos para eliminar el monolito de la Plaza de España, si bien se rechazó ya que la Iglesia defendía que debía permanecer en ese espacio, junto a la iglesia de San Martín, y no ser trasladada a ningún otro sitio. De hecho, la parroquia siempre ha defendido que la Plaza de España no es un espacio público sino una propiedad que le pertenece y que podría reclamar en los tribunales. El regidor, Fran Maciá, aseguró que hasta el momento no ha recibido ningún documento relacionado con una posible batalla judicial en ese sentido.

A la espera de comprobar si fructifica la negociación con la Diócesis, la Cruz seguirá guardaba bajo llave en el Museo del Cáñamo y esa es una realidad que disgusta a los feligreses que defienden su valor como símbolo cristiano y que rechazan que se vincule a la dictadura franquista. Otros, en cambio, celebran que se haya retirado. Por el momento nadie sabe cuál será la ubicación final.