El municipio de Orihuela puede presumir en la actualidad de tener la agenda cultural más importante de la comarca de la Vega Baja. Sus exposiciones, museos, la programación del Teatro Circo o charlas y talleres literarios atraen a cientos de visitantes y posicionan a la localidad como referente en este ámbito. Todo ello es posible gracias al trabajo de una plantilla que está integrada mayoritariamente por mujeres, que suman casi el 70% en la Concejalía de Cultura.

Son ellas las que ejercen como guías de museos como el de San Juan de Dios, el de Miguel Hernández o el de La Muralla. Son también conserjes que abren y cuidan los edificios para recibir con la mejor imagen a los turistas. Igualmente son ellas las que durante las últimas semanas se han empleado a fondo para organizar los actos de la nueva edición de los Murales de San Isidro, que se celebra entre el 16 y 18 de marzo. En la Concejalía se habla tanto de Miguel Hernández como de María Moliner, que da nombre a la biblioteca municipal, «punto de encuentro de alumnos y alumnas de toda Orihuela». Así se expresa la concejala Mar Ezcurra, que está al frente de Cultura y destaca la importancia de implantar un lenguaje no sexista en el que se visibilice también a la mujer. Para ello cuenta con todo el apoyo de la directora de la biblioteca y técnica de la Concejalía, Mari Carmen Sánchez. De hecho, Ezcurra es la única edil del gobierno oriolano que pidió desde el primer día que en los documentos se refirieran a ella «como concejala, no como la concejal». También la sociedad municipal Orihuela Cultural, está liderada por una mujer, Vanesa Meseguer.

¿Cuál es el motivo de que la mayor parte de la plantilla esté formada por féminas? ¿Les interesa más el ámbito cultural o están relegadas a él porque son hombres los que ocupan otras áreas? En opinión de Mar Ezcurra, son ellas las que presentan un perfil más formado en el mundo de la cultura en general y están interesadas «aunque están igual de preparadas para ocupar cualquiera de las demás áreas de gestión del consistorio», puntualiza. De hecho, a ella le gustaría dirigir el área de Infraestructuras. «Quizá somos un poco más meticulosas y minuciosas a la hora de organizar actos y eventos culturales... somos más polifacéticas, aunque yo defiendo la igualdad de capacidades entre hombres y mujeres», añade la directora de la biblioteca María Moliner.

Sánchez lleva ya 20 años trabajando para la administración local. Su formación como arqueóloga le permitió participar en diversas excavaciones y relacionarse con personas de diferentes países. En esos años recuerda que sí experimentó algún episodio de discriminación. Pequeños detalles como «que se dirijan a un compañero en vez de a mi buscando más autoridad, probablemente por ser mujer». En esos casos tiene clara su filosofía: «valgo lo mismo que un hombre. Si no lo ven así, ellos se lo pierden».

Ezcurra estrenó el cargo de concejala este mandato, hace tres años. A su juicio, no ha tenido prácticamente ningún problema con el hecho de que le resten autoridad en el cargo por ser mujer. «Recuerdo que dirigiendo uno de los proyectos tomé una decisión. Se puso un poco en duda y se le preguntó a otro edil. Pero el compañero me respaldó y dijo que si lo había decidido yo, así se hacía».

Tanto Ezcurra como Sánchez se consideran feministas «no radicales» y defienden que hay que seguir trabajando la igualdad real.