Una veintena de alumnos de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Orihuela (EASDO) se concentraron ayer frente al Ayuntamiento mientras en su interior se celebraba la sesión plenaria donde, a pesar de lo previsto, finalmente salió del orden del día la adhesión de Orihuela al Plan Edificant de la Conselleria de Educación en el que se prevé la remodelación de ese edificio. Los concentrados portaron pancartas en las que recordaron las pésimas condiciones en las que estudian, con pilares apuntalados, sin calefacción, con palmeras que amenazan con caerse -las que no lo han hecho ya- y hasta roedores en el falso techo, además de que en su construcción se empleó el amianto.

La presidenta de la Asociación de Alumnos de la EASDO, Paula García, fue la encargada de subir al salón de plenos y dirigir una pregunta al alcalde de la ciudad, Emilio Bascuñana. Una pregunta clara que al final no recibió contestación: «¿acepta que los alumnos y profesores de la Escuela de Arte demos nuestras clases en el Consistorio, mientras que usted y su equipo de gobierno se trasladan a trabajar al edificio de la EASDO?», preguntó la alumna quien añadió que esta medida sólo sería «mientras deciden si se adhieren o no al Plan Edificant». Bascuñana eludió responder a la propuesta y tan sólo se dirigió a la representante de los alumnos para decirle que «no podemos atender lo que no es nuestra competencia» trasladando el problema, y la solución, a la Conselleria de Educación, responsable de la escuela de arte. «Si no estuviera en el pleno, yo me sumaría ahora mismo a la concentración de abajo para exigir a la Conselleria que tome las medidas necesarias», aseguró y recordó que la reparación de los daños en la EASDO es uno de los proyectos prioritarios para ejecutar que trasladó el Ayuntamiento a la Conselleria de Educación dentro del Plan Edificant, que finalmente no se llevó la adhesión del municipio al pleno. «La respuesta que nos ha dado el alcalde es desmotivadora, la escuela es de Orihuela y la debería defender nuestro ayuntamiento y no escurrir el bulto, porque las palmeras que se caen y sus hojas, que ya han destrozado un coche, eso sí que no nos pueden decir que es responsabilidad de València», dijo García.