Reto conseguido. Orihuela se volcó ayer con Retro Santo Domingo, un evento solidario organizado por el Colegio Diocesano Santo Domingo, junto con la asociación sin ánimo de lucro de usuarios de PC, internet, videojuegos y arcade, ASUPIVA, Cáritas Interparroquial, el Ayuntamiento de Orihuela y Protección Civil, en el que los participantes tan sólo debían entregar alimentos no perecederos, por valor de 3 euros, para poder llevarse a casa videojuegos, consolas y material relacionado con ese mundillo de la década de los 80. Finalmente las previsiones se desbordaron y fueron 8.101 los kilos de alimentos recogidos, que repartirá Cáritas entre personas con pocos recursos.

Como bien señalaba el título del evento «No sólo videojuegos por alimentos», también se podían conseguir fotos o participaciones en concursos tan sólo por llevar comida. Las muchas personas solidarias que se acercaron hasta el colegio, entre ellas muchos niños que saben que hay otros que no tienen alimento que llevarse a la boca, se llevaron a casa también muchas risas y fotos, intercambiadas también por comida, en el photocall junto a los personajes que triunfaban en los años 80 y que a muchos les trajeron recuerdos de su infancia, como Scooby-Doo, los visitantes de la serie V, Los Cazafantasmas (cuya imagen promocionaba el evento), La Guerra de las Galaxias y hasta el Coche Fantástico, el auténtico Pontiac que estuvo aparcado en el patio del colegio y al que se acercaban los padres con sus hijos y les explicaban por qué era tan especial ese vehículo que hablaba. Para los más pequeños todo era nuevo.

Exposiciones

También pudieron luchar en el lasertag contra los soldados imperiales, participar en carreras de Scalextric o en diferentes sorteos a cambio de leche y aceite. Las exposiciones de coches y motos antiguas y de juguetes de hace unas décadas, como los Geyperman, Barbie, Airgamboys, Masters del Universo o soldaditos de plomo, dejaron con la boca abierta a los chavales mientras sus padres les explicaban que eran los juguetes de su infancia, antes de que la tecnología «invadiera» los juegos infantiles. También hubo diferentes talleres y varias conferencias como «Historia de los juegos de fútbol», «El velo de la nostalgia: cualquier tiempo pasado fue peor» o «Generación Nocilla: aquellos maravillosos años 80». Y los asistentes pudieron asistir a la grabación de los podcasts «Fase Bonus», «Carne de videoclub» y «La cueva del terror».

Centenares de alimentos se iban almacenando con la llegada de los participantes, que iban trayendo en bolsas. Fue un ir y venir constante durante las 9 horas en las que se desarrolló el evento de manera ininterrumpida. Los Amstrad, las máquinas Arcade y las de juegos míticos como Street Fighter o Bubble Bobble hicieron las delicias de los niños que, por primera vez, veían esas «antigüedades» que poco tienen ya que ver con las modernas videoconsolas de ahora y las pantallas planas, pero también de los más «talluditos» que no dudaron en echar unas partidas para comprobar si seguían teniendo el mismo control que hace 30 años. La diversión prometida se cumplió, pero sobre todo, lo hizo el objetivo principal, con creces, que era batir los 6.500 kilos de alimentos recogidos en una anterior edición en Barcelona para aquellos cuyo único «juego» es sobrevivir cada día.