La asamblea de la Asociación de Hijos de la Inmaculada de Torreviejavalidó ayer el reglamento que modifica la tradición de retirada de la mantilla de luto del rostro de la Inmaculada, la patrona de la ciudad, en la procesión del Encuentro del Domingo de Resurrección. La votación fue reñida y se resolvió por 75 votos a favor y 67 en contra, es decir, por un escaso margen.

Ese reglamento dispone que la asociación, encargada de organizar todos los actos ligados a La Purísima, sea la que designe a la persona encargada de realizar el gesto. Algo que modifica la tradición de que sea la misma familia, Mínguez Parodi, desde hace 80 años, la encargada de recrear la tradición. El anuncio de la junta directiva provocó un amplio debate, no siempre en el mejor tono, entre los defensores de la tradición y quienes apoyan el cambio y la reunión de ayer pretendía zanjar la discusión.

Al margen del resultado de la asamblea el grupo de socios que se ha movilizado para evitar la aprobación de este reglamento se había dirigido al Obispado para que medie en un conflicto interno que consideran que no acaba en la votación de ayer. Lo han hecho además después de entregar más de mil firmas recogidas durante las últimas semanas para reclamar que hubiera negociación y que la decisión no se adoptara, en su opinión, de una forma unilateral y sin consenso.

La junta directiva ha reiterado que el nuevo reglamento contó con el voto favorable por unanimidad de todos sus miembros y que busca integrar a la sociedad torrevejense en una tradición como un «honor» y no un «privilegio» exclusivo. La junta directiva también ha contado con el asesoramiento del Obispado a la hora de tomar decisiones, según indicaron ayer fuentes de la asociación.

La asamblea contó algo más de cien asistentes. En el acceso se comprobaba que de forma efectiva quienes participaban del encuentro eran socios con su documentación, aunque también estaba autorizado el voto delegado con los nuevos estatutos. Una reunión que trascurrió en su mayor parte en un tono respetuoso y conciliador tras varias semanas en las que el debate público se trasladó a las redes sociales. Un tono conciliador al que ayudó las intervenciones de Bernardo Mínguez, del propio presidente de la junta Antonio Aniorte -que tomó las riendas de la entidad en abril de 2017-, y en especial la contribución del vicario Pedro Payá, que sustituía al consiliario de la asociación, Manuel Martínez.