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San Miguel de Salinas

Una promotora «entierra» la cabecera de la rambla de La Fayona en San Miguel de Salinas

Roturaciones, talas de pinos y movimientos de tierra afectan a 200 hectáreas con suelo forestal - El inicio del cauce, de gran valor ambiental, es la única aportación de agua dulce a la laguna de Torrevieja y está afectado parcialmente en uno de sus tramos

Una promotora «entierra» la cabecera de la rambla de La Fayona en San Miguel

Un promotor está «enterrando» bajo toneladas de tierra el entorno más inmediato a la cabecera de la rambla de La Fayona en San Miguel de Salinas. Las obras con maquinaria pesada, que se inició en noviembre y ayer mismo proseguía, incluye la roturación, movimiento de tierras y tala de masa forestal - pinos y vegetación mediterránea- sobre más de 200 hectáreas de suelo, en gran parte señalado como forestal por la legislación ambiental de la Generalitat y sobre los que no se puede actuar sin autorización e informe de evaluación de carácter ambiental previas.

Amigos de Sierra Escalona (ASE) y la Asociación de Vecinos de San Miguel de Salinas han denunciado esta intervención -que incluso podría estar afectando al dominio público hidráulico, ante la Conselleria de Medio Ambiente Generalitat Valenciana, el Ayuntamiento de San Miguel de Salinas y la Confederación Hidrográfica del Segura, además de alertar al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil.

Esta agresión medioambiental, en opinión de vecinos y ASE, afecta directamente a un cauce singular. La rambla de La Fayona es el único aporte de agua dulce a la laguna salada de Torrevieja. Aunque no cuenta con un caudal continuo entre su cabecera y la desembocadura en la laguna sí mantiene un nacimiento de agua -algo extremadamente raro en los barrancos y ramblas del litoral de la Vega Baja- y a lo largo de todo el barranco en época de lluvias.

La denuncia recoge que la «envergadura de la de la operación, la simultaneidad de las obras en tres parcelas de grandes dimensiones y el tipo de actuaciones» tienen como «efecto innegable la degradación de una zona de paisaje de indudable valor ambiental y ecológico». Algo que aparece recogido en el Plan de Acción Territorial Forestal de la Comunidad Valenciana (PATFOR). Para los denunciantes este conjunto de actuaciones «inconexas y sin sentido, en apariencia» inducen «a pensar, como hipótesis, que se esté practicando la táctica de tierra quemada» en cuanto a la «degradación de los valores medioambientales y del dominio público hidráulico y pecuario con vistas a sacar un rédito urbanísticos a estos terrenos». Unos valores ambientales que podrían suponer «un obstáculo o ralentización de procedimientos de cara a futuras recalificaciones urbanísticas». El escrito explica que se trata de una zona «de gran sensibilidad y alto valor ecológico, además de afectar a tres vías pecuarias y estas afectadas por el dominio público hidráulico». Las parcelas forman parte del corredor ecológico que une Sierra Escalona con la rambla de la Fayona como suelo forestal. La denuncia advierte de una operación de gran magnitud y extensión y que se prolonga ya desde hace meses en distinta medida y por lo que califica de «incomprensible» la falta de reacción municipal «contundente y en defensa de los intereses públicos a tenor del ritmo imparable de las obras».

Casas vacías

Los colectivos ecologistas y vecinales, que exigen en su escrito que las administraciones actúen ya, se paralicen las obras y se restituyan los terrenos, consideran «lamentable» unas obras que se realizan muy cerca de urbanizaciones con docenas de viviendas nuevas vacías en manos de los bancos en espacios como Eagle Nest, Las Filipinas o Las Balsas. También apuntan al hecho de que el Ayuntamiento, tras fracasar en su intento de sacar adelante un Plan General de Ordenación Urbana para levantar 40.000 casas -que tumbó el Tribunal Supremo por carecer de impacto ambiental- quiere ahora modificar las normas subsidiarias para ampliar zonas urbanizables. Algo que contrasta con el hecho de que el municipio cuenta con un suelo urbano, con las infraestructuras básicas realizadas desde hace casi una década en Los Invernaderos y sin que se haya construido ninguna de las 1.700 viviendas previstas. La negociación de esos cambios en el planeamiento se está realizando, a juicio de la Asociación de Vecinos con un ausencia total de transparencia.

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