Una de las asignaturas pendientes en Orihuela pasa por reparar los baches que jalonan el casco histórico por un adoquinado que, como pasa en la mayor parte de las ciudadanos, es incapaz de soportar el paso de vehículos pesados. Y mientras el Ayuntamiento da con la solución, el edil de Infraestructuras, Juan Ignacio López-Bas (Cs) anunció un plan para Semana Santa que costará diez mil euros. Y que evitará el movimiento de tronos e imágenes.

Los trabajos consistirán en «reparar todos los desperfectos que se pueden encontrar en todas las zonas del casco histórico donde no se ha procedido a sustituir el adoquín por asfalto impreso, una solución adoptada en el entorno de la Plaza Santa Lucía o en uno de los laterales de la Plaza de Capuchinos».

Está previsto coordinar en todo caso los trabajos en la vía pública con las fechas y horarios en los que se empezarán a celebrar los tradicionales traslados de imágenes entre templos oriolanos y entre estos y el Museo de la Semana Santa, tanto con la Junta Mayor como con la Policía Local, por lo que los cortes de calles serán ocasionales y por el tiempo indispensable.

Las labores incluirán la reparación de baches y hundimientos del pavimento, reposición de adoquines, saneamiento de la base del firme y rejuntado de espacios entre piezas con material que garantice su durabilidad. López-Bas ha querido recalcar que «las calzadas del casco histórico se encuentran en muy mal estado desde hace varios años y ya en el anterior mandato corporativo se llegó a denunciar esta situación, que ha ido empeorando con el tiempo». Esta actuación será la gran novedad y la de mayor calado dentro del plan de actuación antes de Semana Santa, que incluye una revisión de los itinerarios de los desfiles, poda de arbolado , reposición de elementos florales o revisión de imbornales.