El Mercado Medieval de Orihuela cierra esta noche sus puertas pero está dejando un buen sabor de boca en el municipio. A falta de datos oficiales, ayer era evidente, y muy comentado, el considerable aumento de visitantes con respecto a otros años, animados también por el soleado día de ayer. El zoco vivió este sábado su día grande con el pregón de la Armengola, Conchi Cabrera, en el que fue su último acto oficial ostentando este cargo, ya que en unos días se nombrará a la nueva heroína de la ciudad. Cabrera realizó un recorrido por todo lo que ofrece el que es el mercado medieval más grande de España. Así, recordó que los oriolanos y visitantes pueden encontrar «juglares y saltimbanquis (...) sedas y piedras preciosas» e invitó «a tomar asiento en una posada» en un fin de semana del que dijo «las calles de Orihuela se llenan de luz y color y la monotonía no tiene cabida».

El alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, y la concejal de Festividades, Mariola Rocamora, acompañaron a la Armengola en el acto del pregón desde el balcón del Ayuntamiento, donde también estuvieron presentes los embajadores moro y cristiano de este año, Enrique Riquelme e Isidro Hernández, respectivamente, y el presidente de la Asociación de Moros y Cristianos, Pepe Vegara, además de varios ediles del equipo de Gobierno. Desde esa altura pudieron ver el espectáculo que ofrecieron bailarines, bufones, magos, malabaristas y un cetrero.

Previamente, la comitiva inició un recorrido por todo el mercado en la explanada de Santo Domingo hasta llegar a la Plaza del Carmen, en un colorido pasacalles con animación y personajes de la época medieval, que terminó a las puertas del consistorio oriolano.

Numerosos turistas se acercaron ayer a la ciudad. A mediodía, en las numerosas posadas era difícil encontrar una mesa para sentarse y degustar las más variadas viandas, como parrilladas de carne, calamares, jamón cocido, montaditos o paellas, que triunfaban entre los foráneos. De postre, se podía degustar desde un dulce húngaro a base de canela, a una enorme palmera de chocolate o un gofre insertado como un pincho moruno.

Y después de comer, nada como un rato para que le lean a uno el futuro y si es algo negro rápidamente comprar uno de los remedios caseros para todo tipo de dolores que se venden en el mercado. Los puestos de embutidos están siendo de los más visitados y para acompañar la compra de comida bien se puede llevar a casa una buena botella de licor, y los hay de muy variados sabores.

Como en todo mercado medieval que se precie, los artículos de bisutería no pueden faltar. Tampoco los artesanos y herreros que hacen demostraciones al público y se pueden adquirir sus trabajos a mano. Los más pequeños encuentran desde muñecas de trapo a espadas y escudos de madera, y unas golosinas en tamaño XXL que a más de uno le hacían la boca agua (y ya tenían una edad). También puede subirse a un camello o hacerse una foto como si fuera un rey o un auténtico caballero de la Edad Media u observar de cerca un buitre leonado o un búho real.

Tres zonas

El Mercado Medieval se ha dividido en esta edición, en la que cumple 20 años, en tres zonas diferenciadas para acoger los más de 300 puestos que se han instalado. Por un lado la Zona Cristiana abarca desde la plaza del Carmen hasta la calle Mayor, donde se puede disfrutar de un campamento de la época, con tiendas de campaña y soldados escenificando su vida cotidiana, torneos infantiles, paradas de burros, juegos y atracciones, además de espectáculos itinerantes. En la Zona Infantil y de Ocio, desde la Calle Mayor hasta la plaza de Santa Lucía, los niños tienen un gran espacio para divertirse con las atracciones instaladas, los juegos de mesa, y las escenificaciones teatrales para los más pequeños. Por último, en la Zona Árabe que se puede encontrar desde los Juzgados de la Plaza de Santa Lucía hasta la explanada de Santo Domingo se ha recreado un poblado árabe donde con sus costumbres y vida cotidiana. Además, hay talleres de oficios, exposiciones de armas, enseres, granjas de animales, una exposición de cetrería y torneos medievales, situado en el Rincón Hernandiano.

Además, los visitantes se ven sorprendidos por los muchos espectáculos itinerantes e interactivos con el público que hay a lo largo del recorrido del mercado. Exóticas bailarinas, juglares, malabaristas, caballeros que se retan y magos animan el ya de por sí concurrido zoco. El Mercado Medieval cuenta, además, con puestos de asociaciones como Adiem, Adis, Comercio Justo Orihuela y la Asociación de Celíacos, con productos sin gluten, así como de los comerciantes que se encuentran dentro del itinerario.

Por su parte, la Asociación de Fiestas de Moros y Cristianos también participa con la instalación de paradas de comida, donde comer montaditos o bocadillos, a cargo de todas las comparsas de la ciudad, que están ubicados en la plaza de Santa Lucía y en la plaza Dr. Jaime Sánchez, además de la plaza Teniente Linares, donde están las comparsas embajadoras de este año, la Comparsa Caballeros de Tadmir y la Comparsa Moros Viejos de Abén Mohor.

Pueden disfrutar del Mercado Medieval durante todo el día de hoy, ya que cerrará sus puertas a las 21.30 horas. Lo hará con un desfile general que pondrá el cierre a tres días de fiesta en las calles oriolanas. El desfile contará con todos los personajes, animaciones y cargos festeros y despedirá este zoco hasta el próximo año.