Cuando hace un año, cuentan ahora, cayeron un día de viento dos de las muchas palmeras en mal estado que hay en El Palmeral de Orihuela, una de ellas sobre el coche de una profesora -turismo que quedó inservible-, los alumnos de la Escuela de Arte Superior de Orihuela (EASDO) comenzaron un movimiento estudiantil que ayer, aprovechando que se cumplía un año de aquel suceso, dieron a conocer para denunciar las lamentables instalaciones en las cuales se forman 400 jóvenes, la mayoría adultos, que tienen su sueño puesto en el arte, el diseño o la fotografía, adscritos a dos grupos de bachillerato de Arte, tres de Diseño y a cinco Ciclos Superiores.

Hace cuatro meses vieron «de la noche a la mañana», recuerdan, cómo se comenzaba a apuntalar los bajos de una parte del edificio (de techos tan antiguos como altos), labores que incluyeron un aula instalada en la planta baja y que se habilitó como tal por la falta de espacio en el propio inmueble. Pero la gota que ha colmado el vaso no ha sido ni ese coche ni apuntalamiento, ha sido el saber que el Ayuntamiento de Orihuela no está por la labor de sumarse al Plan Edificant de la Generalitat para la adecuación de los centros educativos de la Comunidad. «Mientras que nuestro Ayuntamiento de Orihuela deshoja la margarita y cambia de opinión constantemente sobre adherirse o no al Plan Edificant de la Consellería de Educación (que destina 700 millones de euros a la remodelación o construcción de centros educativos en la Comunidad Valenciana) los alumnos del Bachillerato de Arte, los de los Ciclos Formativos Superiores y los de Estudios Superiores de Diseño compartimos unas condiciones penosas».

Los alumnos recuerdan que «la EASDO debería ser un centro modelo en Orihuela, apoyado, protegido e incluso mimado por nuestras autoridades locales y por la Consellería. En él estudiamos no sólo alumnos de Orihuela o de la comarca de la Vega Baja, sino también de otras provincias y Comunidades. Los estudios que se ofrecen en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Orihuela no pueden cursarse en la Universidad Miguel Hernández ni en la de Alicante ni en ninguno de los institutos de los alrededores».

El colectivo recuerda que hay alumnos menores de edad, los de Bachillerato de Arte, y «aunque el resto somos ya adultos, estudiamos en un edificio que fue construido antes de que nuestras madres hubieran nacido. Lo malo no es solo la antigüedad del edificio, sino que desde su construcción no se le ha hecho ninguna mejora. El deterioro se ve y se nota. Las ventanas oxidadas no cierran bien y no nos aíslan del del exterior. La calefacción (dos radiadores para un aula enorme) no da para caldear el ambiente». También recuerdan, con cierta sorna que esta situación tiene alguna que otra ventaja, «nos ahorramos el trabajo de quitarnos los chaquetones en clase» y admiten que «nos turnamos para traer de casa, algo que es inusual encontrar en la mochila de un estudiante pero imprescindible para resistir en nuestras frías aulas toda una mañana: una manta. A veces huele mal en algunas clases porque por los agujeros del tejado de uralita (sí, de uralita) se cuelan ratas que luego mueren ahí. Tenemos pilares apuntalados en la entrada al aparcamiento y también en una de las aulas del sótano. Nos dicen que no hay ningún peligro. Y, si no lo hay, ¿porqué están apuntaladas nuestras aulas?».

Condiciones

Los estudiantes aseguran que las autoridades locales son conscientes de esta situación y «sabiendo todo esto, aún dudan en adherirse al Plan Edificant. De verdad que no lo entendemos. Tampoco nos vendría mal un cerramiento del perímetro del edificio, algo así como un muro o una vaya en condiciones. Creemos que eso nos daría seguridad y quizá evitaría que los árboles de los recintos colindantes al quebrarse cayeran dentro de la EASDO poniendo en peligro nuestras vidas, como ocurrió el año pasado».

Por último, los alumnos se hacen, dicen, «la pregunta del millón: ¿alguna de nuestras autoridades locales y educativas va a hacer algo para que estudiemos en un centro en las condiciones de seguridad que marca la Ley de Educación?».