San Antonio Abad. Eran las seis de la tarde. Frío húmedo de enero en Torrevieja. Los perros, con sus mejores galas, ya estaban nerviosos de tanto paseo especial que los junta demás con los de su especie una vez al año. Pedro Payá, vicario de la Arciprestal Parroquia de la Inmaculada, entre ladridos, bendijo a los animales por San Antonio Abad, pero sobre todo pidió, casi rogó, a sus dueños que sepan cuidarlos, porque se lo merecen.

Había una tortuga de agua que avanzaba bastante más rápido que Blanqui, el conejo blanco que evitaba los gruñidos de los perros. Y estaba el loro Jacinto. Que no se pierde una bendición. Y sobre todo, muchos, muchos perros, en la Plaza de la Constitución para cumplir con el ritual religioso, bastante más vivo que otros en estos tiempos. El de desear lo mejor, con una bendición, a nuestros animales domésticos. Fieles compañeros hasta el final. No hubo pasacalles entre el Paseo Vista Alegre y la Plaza de la Constitución de Torrevieja, anunciado en la convocatoria municipal.

Los vecinos, más de ciento cincuenta almas, se concentraron al filo de las seis de la tarde para que el vicario de la parroquia de La Inmaculada, el joven Pedro Payá, cumpliera con la bención estándar de los animales -que hace una alusión más directa a los dones de la ganadería y la pesca y lo que aportan al hombre que al papel actual de los animales que tanto alegran la vida de la gente que acompañan-. Todo presidido por una pequeña imagen de San Antonio Abad, un monje ermitaño que vivió allá por el siglo III d.C. en el Bajo Egipto y que se representa con un «gorrino» a los pies.

Payá añadió que lo más importante es que los dueños sepan cuidar de sus perros. A continuación perros y dueños hicieron cola pacientemente para recibir la «agüica» bendita. En la plaza de la también se instaló una parada de Animalistas Torrevieja con productos para las mascotas, que exhibían ayer sus mejores galas. Correas último modelo, abrigos, carritos para no tocar suelo y todo tipo de complementos. Los gatos, tan suyos, se lo perdieron. No había ni uno.