Silencio y admiración. Es lo que se vivió ayer en el funeral y posterior entierro del que fuera alcalde de Almoradí en diferentes períodos, Antonio Alonso y que falleció la madrugada del sábado a los 84 años. Una amplia representación política y social de la Vega Baja quiso dar el último adiós al que fuera un peso fuerte del PP en los 90. También sus vecinos. La Iglesia Parroquial, donde se ofició el funeral, se quedó pequeña. También la plaza de la Constitución, la que tanto significado tiene para este político, se llenó de familiares, amigos y conocidos que pasaron junto al féretro coronado con un gran ramo de rosas rojas y que fue colocado en el centro de la plaza donde la viuda de Antonio Alonso y sus tres hijos recibieron el pésame. Una de sus hijas dirigió unas palabras durante el funeral, donde recordó el carácter afable de su padre que «decía que ser de Almoradí es lo mejor e intentó mejorarlo en todo lo que pudo».

Un coche fúnebre, que apenas dejaba ver parte de su carrocería por la cantidad de coronas y enormes ramos de flores que llevaba, trasladó el cuerpo del exregidor almoradidense hasta el cementerio, donde sus más allegados le dieron el último adiós.

Los Montesinos, municipio que se hizo independiente de Almoradí durante el mandato de Antonio Alonso, contará con una calle dedicada al exalcalde, tal y como anunció su regidor, José Manuel Butrón (PSOE), a este diario. En Almoradí, su alcaldesa, María Gómez (PP), señaló que también tiene previsto ese homenaje, ponerle el nombre de una vía al exregidor, aunque indicó que lo tenía que consultar con su socio de gobierno, Ciudadanos.

Alcaldes

Al sepelio acudieron tanto alcaldes de la comarca, de distinto signo, como exregidores almoradidenses, desde el más reciente Jaime Pérez y al que durante varios mandatos estuvo en la alcaldía, Antonio Ángel Hurtado, quien, precisamente, tomó el relevo de Antonio Alonso al frente del Ayuntamiento en 1999.

Pero la figura de Alonso traspasó los límites comarcales. Diputado provincial, y también autonómico durante un corto período, siempre se rodeó de los pesos fuertes del Partido Popular, que en numerosas ocasiones visitaron el municipio tras su invitación, donde aprovechaba para pedir algo para su «pueblo». Así, ayer asistieron al sepelio el expresidente de la Generalitat Valenciana y exministro, Eduardo Zaplana, y el ex presidente de la Diputación Provincial de Alicante, José Joaquín Ripoll.

Una muestra de las altas esferas en las que se movió durante su carrera política como alcalde de Almoradí, de 1972 a 1977, de 1987 a 1993 y de 1995 a 1999.