Desde el pasado viernes, todo aquél que haya pasado por la calle Calderón de la Barca, junto a la Glorieta Gabriel Miró o por la plaza Cubero, en el Puente Viejo, en Orihuela, habrá notado un cambio, sobre todo de noche. Dos enormes pantallas de led han cambiado la estética de esas zonas y no han pasado desapercibidas para los oriolanos por su gran tamaño. En ellas se anuncia la hora, los grados de temperatura, la humedad y una pantalla dinámica muestra dos números de teléfono a los que llamar para anunciarse en esos privilegiados espacios en los que prometen que «su publicidad» será «dinámica, llamativa, efectiva, espectacular». Y todos esos calificativos se pueden poner a la polémica que se ha generado, porque la intención de quien las ha colocado es dejarlas.

Cambiemos Orihuela, a través de su portavoz Karlos Bernabé, fue el primero en criticar ayer la instalación de estas pantallas «que generan una contaminación visual y lumínica que deterioran la estética del centro urbano y, además, mercantilizan el espacio público al convertir a Orihuela en una valla publicitaria permanente, más parecida al Piccadilly Circus de Londres». Bernabé pidió explicaciones a la concejalía de Urbanismo sobre lo que calificó de «agresión visual que convierte a nuestra ciudad en una teletienda».

Explicaciones que no tardaron en llegar porque Urbanismo ya estaba pendiente de estas pantallas que tampoco han gustado en el Ayuntamiento. El edil de Urbanismo, Rafael Almagro, admitió que la empresa que las gestiona presentó hace unos días una instancia y que los técnicos han emitido un informe desfavorable a su instalación y, por tanto, carecen de permiso. «Están denegadas, hoy -por ayer- se ha notificado la denegación y se enviará un escrito al propietario instándole a su retirada», señaló Almagro a este diario. Y añadió que las pantallas instaladas «se consideran una actividad, porque genera beneficios al propietario, y, para eso, hace falta permiso municipal».

Según fuentes municipales, en el Ayuntamiento consta abierto un expediente por parte de las brigadas que hace unos días se personaron en el lugar y pidieron los permisos. Además, el edificio del Puente Viejo donde se ha instalado una de las enormes pantallas de led, sustituyendo las ventanas del piso inferior, está dentro del Plan Especial del Casco Histórico, donde se necesitan unos permisos especiales para hacer cualquier cambio en las fachadas de los inmuebles, además de otras limitaciones.

Rosendo, el encargado de la empresa que ha instalado las pantallas, Publizar, defiende que «están instaladas en inmuebles privados, no en el espacio público y allí los propietarios pueden poner lo que quieran». «Hay pantallas de este tipo en Torrevieja, Alicante y Murcia y nadie protesta. ¿Es más bonito ver edificios en ruinas como están en Orihuela? Esto es el futuro y da información y hace que la ciudad crezca», indicó.

Almagro lo ve de otro modo ya que «existen las ordenanzas para cumplirse y no se puede colocar lo que se quiera en una fachada, por muy privada que sea».