La reforma que se está realizando en la CV-900, entre Callosa de Segura y Redován, está motivando quejas de numerosos conductores. Los arcenes prácticamente han desaparecido y se han creado una serie de curvas que tienen como objetivo crear una «sensación de confinamiento» que disuada a aquellos que quieran circular más rápido de lo debido. Con el espacio que queda resulta imposible adelantar a motos o bicis sin rebasar la línea continua. En los bordes que delimitan las nuevas y grandes aceras ya se ven diversos roces de neumáticos.

La obra está siendo financiada con 225.000 euros de la Generalitat y concluirá en febrero. El objetivo pasa por adaptar este vial a lo que realmente es, una travesía. Por ella los vehículos no deben circular a más de 50 kilómetros por hora pero el estudio realizado en la zona destaca que son demasiados los vehículos que transitan a 70 kilómetros por hora, o más. Esa situación es la que, precisamente, originaba quejas de los vecinos del barrio del Cementerio y de Ciudad Jardín, que criticaban la inseguridad de la vía, las minúsculas aceras en algunos tramos y la dificultad para cruzar por los pasos de peatones. La carretera soporta suna intensidad media de 8.307 vehículos al día con un porcentaje de vehículos pesados de 2,2%.

Tres metros

El nuevo proyecto incluye calzadas de tres metros de ancho por sentido y arcenes de 0,25 metros. Para obligar a los conductores a pisar el freno, se han construido curvas artificiales justo antes de la entrada de la travesía del barrio del Cementerio. Irán seguida de varios pasos elevados diseñados para una velocidad de 40 kilómetros por hora y dispuestos con separaciones de entre 150 y 200 metros «con el fin de mantener la velocidad una vez reducida con las curvas». Para ello se está modificando el trazado del eje de la travesía «mediante varias roturas de alineación con curva y contracurva, para evitar un trazado demasiado homogéneo y conseguir un efecto de moderación de la velocidad», explican desde la Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio.

El regidor, Fran Maciá, dijo que el objetivo es que los conductores «reduzcan la velocidad y circulen como si estuvieran en la ciudad». El primer edil señaló que en su día expusieron el proyecto a los vecinos y les pareció bien. El socialista defendió la necesidad de acometer la obra y consideró que es cuestión de tiempo que los que estén al mando de los vehículos se den cuenta de que no se puede circular más rápido de lo permitido.