Sus Majestades de Oriente arribaron ayer en barco al puerto de Torrevieja para protagonizar el encuentro más esperado del año, ese que ansían los niños que aseguran que se han portado bien, muy bien. Lo hicieron ataviados con sus lujosos trajes de terciopelo y pieles aunque frío, lo que se dice frío, no hacía durante el desembarco. La ciudad volvió a rozar ayer los 20 grados de temperatura y fueron muchos los que disfrutaron de un día de sol y playa mientras aguardaban la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar. Todo un lujo en pleno mes de enero, y más si se está de vacaciones.

Los Reyes Magos, acompañados de su séquito de pajes y heraldos, fueron recibidos en el muelle por cientos de familias con niños. Aunque Papá Noel ha ido sumando protagonismo en los últimos años, el cinco de enero sigue siendo el cinco de enero. Fue Melchor el que tomó la palabra y en nombre de sus compañeros brindó un mensaje de paz, amor y felicidad a los allí presentes. También deseó que se hicieran realidad los sueños de los pequeños, sabedor de que él y sus compañeros tienen mucho que ver en eso. Tras el largo viaje en barco, Sus Majestades prosiguieron el camino en carroza y participaron en la esperada Cabalgata. Lo hicieron acompañados de actuaciones musicales y personajes que animaron a todas las personas que acudieron a presenciar el espectáculo, que abarrotaban desde el dique de Levante hasta la plaza de la Constitución. Fue allí, en el templo de La Inmaculada, donde se realizó la tradicional Adoración al Niño. Después prosiguieron su camino para visitar las casas de todos los que se han portado bien, muy bien.