Diversos ayuntamientos de la Vega Baja han recibido un regalo envenenado y no lo han traído los Reyes Magos. El coste del reciclaje de enseres se ha disparado desde 55 a 120 euros por tonelada. El aumento afecta sólo a las localidades que, por orden del Consorcio de residuos, derivan este tipo de desechos a una planta ubicada en Novelda. El resto, sin embargo, no se verá afectado por esta subida. Municipios como Redován, gobernado por el Partido Popular (PP), culpan a Manuel Pineda (PSOE) de esta situación. Le recuerdan que en agosto prometió estudiar una línea de subvenciones para paliar lo que se sabía que iba a ocurrir. Sin embargo el recibo ya ha aumentado y de las ayudas, hasta ahora, nada se sabe.

El regidor de Redován, Emilio Fernández (PP), ha sido el primero en poner el grito en el cielo por lo que está ocurriendo. Considera que es «injusto» que cada municipio pague una tasa distinta. «Si tienes la suerte de llevar los enseres a Alicante, Villena o Elche, pagas una tarifa, y si te asignan Novelda pagas mucho más. Es algo irracional y la culpa es del presidente del Consorcio, que no ha hecho nada por impedirlo», dijo ayer el regidor.

Cabe recordar que fue en agosto cuando la planta ubicada en Novelda, ligada a la empresa TMA, anunció a los municipios a los que presta servicio que sus tarifas pasarían a ser de 90 euros por tonelada a partir del 1 de septiembre y de 125 euros desde 2018. Pues bien, los ayuntamientos ya están recibiendo facturas del último trimestre de 2017 con esa primera subida. Las próximas que lleguen, las de este año, serán todavía más caras. Lo que ha hecho el alcalde de Redován ha sido remitirle ese primer recibo encarecido a Manuel Pineda para que sea él quien lo sufrague. Lo ha hecho acompañado de una carta en la que le recuerda que, tras darse a conocer el encarecimiento del servicio, en agosto, le pidió «que se adoptaran soluciones». Asegura que Pineda se comprometió a estudiar una línea de ayudas que no ha llegado. «Lamentablemente no se ha articulado solución alguna al respecto», por lo que le envía la factura para que «proceda a su abono».

Fernández asegura que el coste del servicio relacionado con los desechos no sólo se ha incrementado en lo relativo a los enseres. Desde que cerró la planta de Abornasa, en Crevillent, el municipio se ve obligado a derivar sus camiones de basura hasta Alicante, lo que ha incrementado los gastos. Todo ello mientras la Vega Baja sigue sin poner en marcha plantas de transferencia de residuos para reducir costes. Ni eso ni tampoco plantas de tratamiento o vertederos propios. Esa situación deja a los 27 municipios a merced de lo que quieran cobrarle otras empresas de la provincia, como la de Novelda, que ha encarecido ahora el servicio.