Los chorros del río Mundo han «renacido» en los últimos días con fuerza gracias a las precipitaciones en la cabecera de la cuenca del Segura. Aunque no han sido las más intensas en la Sierra de Alcaraz (Albacete), en donde nace este río principal afluente del Segura, a poco que las lluvias y algo de nieve alcanzan esta zona los efectos sobre su caudal son más que impactantes, explosivos. Con la última borrasca atlántica se han acumulado la nada despreciable cantidad de hasta cien litros por metro cuadrado en alguns de los puntos más altos de la sierra.

Algunos expertos llegan incluso a considerar el Segura debería ser afluente del río Mundo, y no al revés, debido a que su caudal es en muchas ocasiones mayor al del primero.

Estos chorros del río Mundo, que en realidad actúan como el rebosadero del acuífero del Calar del mismo nombre, son una atracción turística durante todo el año. Situados entre los municipios de Vianos y Riópar (Albacete), en ellos el agua no deja nunca de fluir, aunque es en estos episodios cuando se convierte en escenario de un espectáculo que contrasta, y mucho, con la aridez que sufre buena parte de la cuenca del Segura desde hace ya bastantes meses, también en la cuenca del Tajo, de la que dependen los riegos de miles de explotaciones agrícolas. El par de borrascas con «nombre» que han atravesado la península en las últimas semanas han dejado agua en ambas. Pero ni de lejos la que es necesaria.

Fue la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) la que se hizo eco de este fenómeno natural que se repite cada año en el nacimiento del Mundo, difundiendo las imágenes tomadas por quienes conocen el paraje.

Aunque la cosa no está para echar las campanas al vuelo y lo de ayer puede quedar en espejismo. Los aforos de la CHS comenzaron registrando 2.250 metros cúbicos por segundo a las 9 de la noche del miércoles. Esa cifra repuntó hasta los 3.600 metros cúbicos en la madrugada de ayer y descendió de nuevo hasta los 2.500 a primera hora. De que la sequía sigue estando muy presente en toda la cuenca da buena cuenta el hecho de que en el nacimiento del Segura, en Santiago Pontones (Jaén), que en condiciones normales presenta un inquietante aspecto de laguna transparente sin fondo -mucho más discreta que las cataratas de su afluente cuando tiene agua-, es ahora un agujero negro al que tampoco se le ve fondo, ni caudal.

Así de efímeras son estas crecidas, aunque el paraje de los chorros sigue presentando un aspecto de lo más singular durante estas jornadas, porque el caudal se precipita desde lo alto de la sierra por una catarata de 300 metros de altura y a través de una espectacular cueva de la que están descritos 30 kilómetros de galerías.

Calizas

La abrupta surgencia está relacionada con el tipo de acuífero kárstico del que mana el agua. Por simplificar -mucho- se puede decir que la montaña está «hecha» de un tipo de material «blando» como yesos y calizas, solubles al agua. Es como una esponja. De modo que la sierra está cuajada de galerías y conductos subterráneos que van "almacenando" el agua para confluir y rebosar por esta espectacular cascada, visitada por miles de personas cuando se producen estas crecidas.