Rayando en lo absurdo, el grupo parlamentario socialista en las Cortes Valencianas votó ayer en contra de una iniciativa del grupo popular para implantar el intercambiador carretera-ferrocarril en el sur de la provincia de Alicante (algo que abanderan sus propios alcaldes en la comarca). La iniciativa salió adelante porque el PP sumó los votos de Ciudadanos, mientras que Compromís también votaba en contra con sus socios de gobierno en el Consell y Podemos se abstenía.

Los hechos ocurrieron en la comisión de Obras Públicas, ante alcaldes y representantes de municipios como los de Orihuela, Granja de Rocamora, Callosa de Segura, Albatera o San Isidro. El voto en contra socialista se motivó por el hecho de que los populares no aceptaron una enmienda para que se evalúen los estudios que se han realizado desde la Universidad de Alicante y para que el Gobierno clarifique «la forma y el momento en que tiene previsto que pasen las mercancías por el Corredor Mediterraneo en San Isidro».

Ayer por la tarde, el diputado autonómico Manuel Pineda aseguraba en un comunicado que «la Conselleria evaluará los estudios realizados por la Universidad de Alicante sobre la Zona de Actividades Logísticas en San Isidro», pese a que el PP lo había rechazado en la proposición no de ley que se aprobó. Pineda aseguró que el 9 de enero habrá una reunión con la Dirección General de Territorio para «ver la viabilidad del proyecto». Y, el PP, a través del diputado Juan de Diós Navarro, quien defendió la iniciativa que sí se aprobó, criticaba precisamente la negativa de los socialistas: «ha habido reuniones con Conselleria, Ministerio y DIputación y todos están unidos, por eso no se entiende la negativa del PSPV y Compromís» y recordaba que la iniciativa afecta a 800.000 alicantinos de la Vega Baja y del Baix Vinalopó. «Es una infraestructura generadora de valor añadido y dinamizadora de la economía», asegura en su nota.