Rosario Ballester dimitió anoche como alcaldesa de Albatera, en lo que se preveía un tenso pleno tras los acontecimientos de la semana pasada, que acabaron con insultos y la intervención de la Policía Local y la Guardia Civil para desalojar el salón. Pero no fue así. La sesión fue muy corta, de unos 20 minutos y monopolizada por la alcaldesa saliente que argumentó los motivos de su renuncia, recordando al cumplimiento del pacto con el PSOE y Cs de principio de mandato y asegurando que si no había renunciado antes (lo tenía que haber hecho el pasado julio, al cumplir un año en el cargo) era por motivos de su enfermedad.
Añadió que se siente orgullosa de su gestión; sobre todo, por haber resuelto el problema de la limpieza, y anunció que el Ayuntamiento de Albatera pagará lo que se les debe a los trabajadores de la limpieza de edificios públicos desde el 15 de octubre, mientras que el resto de lo que se les adeuda tendrán que reclamarlo al Fondo de Garantía Salarial (Fogasa).
Rosario Ballester añadió también que ha tenido muchos contratiempos y dificultades para sacar adelante sus proyectos por la ausencia de técnicos en el Ayuntamiento y admitió que se sentía mejor en la oposición que gobernando. También señaló, como algo que le ha faltado por llevar a efecto, la modificación de créditos para el Museo del patrimonio de Albatera, que se encuentra instalado en el centro Reina Sofía.
Investigación
También se refirió, sin decirlo, a la investigación judicial a la que está sometida por la denuncia de un particular sobre la propiedad de unos terrenos que el municipio le ha reconocido a otro vecino al manifestar que lo más desagradable es que los alcaldes «están en peligro por firmar determinados asuntos». Y añadió: «si en el expediente faltan cosas, esto no se puede permitir». Ballester, tal y como aseguró la semana pasada, ahora se va a la oposicion.