La supuesta implicación de un guardia civil a una grupo que se dedicaba al tráfico de drogas motivó la decisión del juzgado Instrucción 2 de Torrevieja de intervenir las llamadas de, al menos, otros ocho, relacionados con el primero, en la denominada operación Sakura. Y esos pinchazos fueron determinantes para constatar hechos delictivos que, en un principio, tenían poco que ver con lo que se investigaba inicialmente, pero que motivaron el ingreso en prisión preventiva de todos los agentes, según ha podido conocer este diario.

El guardia civil detenido en primer lugar, a finales de septiembre, en esta operación Sakura (Cerezo en flor), y destinado en el cuartel de Pilar de la Horadada, colaboraba supuestamente con la banda dedicada al narcotráfico proporcionándoles información detallada sobre controles rutinarios de la Guardia Civil en Torrevieja y el litoral de la Vega Baja. También de cómo eludirlos, incluso la forma de coordinar mejor la labor de distribución de los estupefacientes y alertar posibles actuaciones del instituto armado a la hora de perseguir el tráfico de drogas en la zona, según se ha desprendido inicialmente de las diligencias, que se iniciaron en 2015, tras el testimonio de un vecino, que puso en la pista a la propia Guardia Civil para iniciar la investigación. A esa primera fase de la instrucción corresponde la desmantelación de tres laboratorios artesanales de cocaína y la intervención de 200 gramos de esta droga, 25.000 euros en metálico y un arma corta.

Una vez que se constataron esas prácticas también se autorizaron los «pinchazos» de teléfonos móviles de los agentes con los que patrullaba el primero. Y fueron detenidos entre finales de octubre y principios de noviembre. Ahora todos, los nueve, siguen en prisión preventiva acusados en distinta medida por delitos de cohecho, revelación de secretos, infidelidad en la custodia de documentos, pertenencia a grupo criminal, extorsión, coacciones, hurto, omisión del deber de perseguir delitos y falsedad documental.

Controles y denuncias

En el sumario, de más de 10.000 folios, se describen supuestas situaciones delictivas protagonizadas por los agentes, en un principio, sin una importante relevancia penal pero sí habituales en su trabajo diario. Como la de interponer denuncias falsas en el propio cuartel, para recuperar pertenencias que no habían sido robadas. También, por ejemplo, la de apropiarse de drogas detectadas a conductores particulares en controles de tráfico y no hacerlo constar en los atestados -pero que sí se reflejan en sus llamadas posteriores-, algo que extraña omisión de perseguir el delito y falsedad documental.

Esta intervención judicial ha causado tensión y preocupación entre los agentes destinados en Torrevieja. Dos asociaciones de guardias civiles han defendido el trabajo que se realiza a diario en la Vega Baja y han recordado el peligro de generalizar sobre la situación de las fuerzas de seguridad, recordando que ha sido la propia Guardia Civil la que ha atajado supuestos situaciones delictivas