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Torrevieja

La Torre de La Mata, contra viento y marea

Costas utiliza sacos de arena en el mar para consolidar la rehabilitación del edificio protegido en Torrevieja y evitar que se desplome

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Las obras para rehabilitar la torre del embarcadero de La Mata avanzan contra viento y marea en Torrevieja

El Ministerio de Medio Ambiente se está empleando a fondo para salvar la torre del embarcadero de La Mata, que tiene su origen a finales del siglo XVIII. La edificación protegida estuvo a punto de desmoronarse con los temporales marítimos de finales de 2016 y principios de este año. El servicio provincial de Costas aprobó una inversión de más de 350.000 euros para lograr que se mantuviera en pie. La maquinaria pesada se mete en el mar estos días, salvando un oleaje que no cesa incluso en días con buen tiempo, para asegurar el nuevo frontal que evitará que la edificación se desplome si arrecia de nuevo el temporal de levante. Estas dificultades son las que están retrasando la finalización de las obras que comenzaron en junio, hace más de seis meses -el plazo de ejecución inicial se ha rebasado en tres-.

A muchos vecinos de La Mata lo que se vislumbra del final de la restauración no les agrada especialmente. La fuerza de la costumbre. Han crecido junto a una torre rehabilitada en los años ochenta con un mínimo rigor histórico y arquitectónico. Sin embargo la actuación está desvelando la verdadera cara sólida e histórica de la estructura, a la que se incorporará una puerta, en función de los planos históricos que se conservan, y una escalera de caracol. En la zona superior se ha levantado un muro que le da algo más de porte y altura, también en sintonía con lo que aparece en los documentos históricos, donde está dibujada una especie de garita que culminaba la torre. Esta torrecilla es la única edificación junto a la Torre del Moro protegida como Bien de Interés Cultural en Torrevieja en 1995. No fue derruida en su día porque las autoridades locales tuvieran un especial interés por la preservación del patrimonio cultural local -no lo tenían entonces y no lo están demostrando ahora, aplazando cualquier actuación a una revisión del PGOU que no llega-. Esa condición de BIC vino de la mano de una administración supramunicipal, la Generalitat, contra la que no se podía alegar, a la hora de salvaguardar todo el sistema de vigilancia levantado hace siglos y que permanece en buena parte a la costa de la Comunidad para proteger el litoral de los ataques moriscos. Pero esta Torre de La Mata no tuvo como objetivo esa vigilancia. En realidad se construyó en torno a 1713, según documenta el cronista oficial de Torrevieja, Francisco Sala, en torno a la actividad salinera que se desarrollaba en La Mata -anterior en varios siglos a la de Torrevieja- y ha sufrido numerosas transformaciones. Servía como «oficina» o caseta de resguardo al fiel personal encargado de contabilizar y vigilar el embarque de sal. Está ligada al antiguo embarcadero de madera del que quedan restos de los soportes de piedra en el mar y las eras de la sal, una amplia explanada, ahora acondicionada a modo de plaza, donde se acumulaba la sal a la espera de su embarque.

Aunque en junio pasado Costas y el delegado del gobierno Juan Carlos Moragues citaron que este proyecto contempla recrear el antiguo embarcadero, el presupuesto solo permitirá en esta fase avanzar un tramo junto a la torre. En esta zona se afanaban los trabajadores por acumular arena que luego sirviera para poder ubicar los bloques de la nueva plataforma. Esta torre poco tiene que ver con la que dio nombre en su día a la pedanía, ya desaparecida, levantada en torno a 1350 y ubicada, también como dependencias salineras, donde se encuentra ahora la parroquia de Nuestra Señora del Rosario.

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